INEVITABLE IMPACTO EN LA RECAUDACIÓN
Gobernadores en la crisis: ¿Qué saben de la fuga de capitales?
Ahí estaban los gobernadores justicialistas recordando a Néstor Kirchner, en Río Gallegos, Santa Cruz pero... ¿tiene idea alguno de ellos cómo impactará en sus administraciones lo que está decidiendo la Presidente de la Nación? ¿Han consultado entre sí qué les espera o siguen jugando a la política de vuelo corto, ellos también montados en el famoso 'viento de cola' que se queda sin aire?
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Economía & Regiones). Tras haber atravesado la primera mitad de año sin mayores sobresaltos y con un crecimiento sólido, la economía argentina ha ingresado en un terreno de mayor incertidumbre en la última parte de 2011.
En este aspecto, si bien los acontecimientos en la Zona Euro (problemas de solvencia y liquidez en los Gobiernos de Grecia, Italia, ¿España?) y el estancamiento de la economía norteamericana han generado dudas sobre las expectativas de crecimiento, el principal problema que afecta nuestra economía por estos días es de carácter endógeno, esto es, el proceso de dolarización de activos y fuga de capitales.
Lejos de ceder, la fuga de capitales ha sobrepasado los niveles previos a las elecciones presidenciales, y habría totalizado U$$ 3.700 millones para Octubre, superando el monto fugado en Septiembre.
De este modo, la salida de divisas acumularía unos U$S 24.000 millones en los últimos 12 meses, ubicándose por encima de los niveles récord del 2008.
Esta dinámica tiene un efecto negativo sobre el nivel de actividad, dado que la fuga se financia con pesos que de otra manera hubieran sido destinados al consumo, o a la producción (inversión).
En forma adicional, las restricciones sobre el mercado cambiario para detener el drenaje de reservas han agregado un foco adicional de incertidumbre, que en la última semana se tradujo en fuertes retiros de depósitos, especialmente los denominados en moneda extranjera (más del 4% del stock total).
Potenciales canales de transmisión
El nuevo escenario macroeconómico modificaría el frente fiscal de las provincias a través de los recursos tributarios, el costo del financiamiento, la disponibilidad de fondos discrecionales del Gobierno Nacional, los ingresos dolarizados y los gastos de los gobiernos subnacionales:
• Desaceleración de los Recursos Tributarios: en primer lugar, la desaceleración del nivel de actividad que genera la fuga de capitales impactaría negativamente en el ritmo de crecimiento de los recursos tributarios provinciales (propios y coparticipados) que concentran el 80% de los ingresos anuales.
• Aumento del Costo del Financiamiento: en segundo lugar, la mayor volatilidad financiera local e internacional encarece el acceso al financiamiento que necesitan las provincias para fondear el déficit fiscal y las amortizaciones de deuda, que ascenderían en conjunto a $27.000 millones de acuerdo a nuestras estimaciones. Cabe recordar que los vencimientos de deuda se incrementan significativamente en 2012 ($7.400 millones adicionales respecto a 2011) por haber finalizado el período de gracia en los pagos al Gobierno Nacional, de manera que la disponibilidad de financiamiento será la variable clave para el ejercicio fiscal 2012.
• Caída en las Transferencias Nacionales: vinculado al último punto, y en la medida que se debilite su frente fiscal, habría una menor capacidad del Gobierno Nacional para refinanciar los vencimientos de deuda y para mantener o incrementar las transferencias discrecionales. Esta constituiría la tercera vía de impacto de un potencial debilitamiento del nivel de actividad.
• Aumento en Pesos de los Ingresos Dolarizados: un cuarto canal de transmisión vendría de la mano del potencial aumento del tipo de cambio, en caso de convalidarse las expectativas devaluatorias que rigen hoy el mercado. A diferencia del resto, en este caso presentaría un sesgo positivo para las finanzas subnacionales, dado que el aumento del precio del dólar implica un aumento en los ingresos por el Fondo Federal Solidario (atado a las exportaciones de soja), y en la liquidación de regalías (atadas a las exportaciones de hidrocarburos y metales), compensado en forma parcial por la actualización de los pagos de deuda en moneda extranjera.
(Si bien existen otros gastos provinciales que ajustan por tipo de cambio (ej. gasto en bienes de consumo, energía, etc.), resulta impracticable mensurar su cuantía.).
Hay que señalar que, si bien el balance mejoraría en términos consolidados, los beneficios no serían homogéneos a nivel interprovincial, ya que las jurisdicciones que perciben regalías serían las más favorecidas, ubicándose en el extremo opuesto aquellas que no cuentan con dicha fuente de recursos y además presentan vencimientos de deuda en dólares.
En base a los datos de proyectos de presupuestos y estimaciones propias, las provincias presentarían ingresos “dolarizados” por U$S 4.300 millones, en tanto que los gastos por servicios de deuda se aproximarían a los U$S 2.100 millones, quedando un saldo neto positivo de U$S 2.200 millones.
Transformando estos flujos a pesos al tipo de cambio actual, quedaría un excedente anual de $9.400 millones, en tanto que tomando nuestro tipo de cambio promedio para 2012, la cifra se acerca a los $10.400 millones.
Esto refleja que los movimientos de tipo de cambio, sólo por su impacto directo, generan un saldo neto positivo para las provincias a nivel consolidado, de $22 millones por cada centavo que se desliza la cotización del dólar.
• Aumento del Gasto Salarial: hasta aquí, parecería beneficioso para los fiscos provinciales que desde el BCRA se convaliden las expectativas devaluatorias, ya que los ingresos atados al dólar superan los gastos del mismo carácter. Sin embargo, no debe perderse de vista que en el contexto económico actual, una aceleración del ritmo de devaluación tendría un traspaso casi pleno en el nivel de precios, y a su vez en los reclamos salariales.
Dado que el gasto salarial absorbe más del 50% de los presupuestos provinciales, se concluye que, contemplando los efectos de segunda ronda y manteniendo todo lo demás constante, una mayor devaluación terminará redundando en un mayor tamaño del déficit provincial.
Partiendo de nuestras estimaciones de cierre 2011 para el gasto en personal ($150.000 millones), cada punto de aumento salarial durante 2012 tendrá un coste fiscal de $1.200 millones para las provincias.
Por su parte, una devaluación del 1% sobre el valor actual del dólar (equivalente a 4,29 centavos de peso) implicaría un flujo neto de ingresos cercano a $100 millones, de modo que, si asumimos que dicho porcentaje se replica en el nivel de precios y en las pautas de aumento salarial, cada punto porcentual de devaluación implicaría un costo fiscal neto de $1.100 millones para la esfera provincial.
¿Qué sucedió durante el 3er. Trimestre 2011?
De acuerdo a los datos acumulados al III Trimestre, observamos que los efectos de esta desaceleración económica todavía no se estarían reflejando en la dinámica de crecimiento de los recursos, dado que la tasa interanual se ubicó en el 32%, similar a la del trimestre anterior (32.5%).
De esta manera, podemos decir que el crecimiento de la recaudación “aguantó” la salida de capitales del III Trimestre del año, la cual alcanzó los U$S 8.900 millones según nuestras mediciones.
Sin embargo, como destacamos más arriba, durante octubre esta fuga habría intensificado su ritmo, alcanzando los U$S 3.700 millones, frente a un promedio mensual de U$$ 3.000 millones para el IIIT, con lo que resta ver cómo responderá la recaudación en la última parte del año, recordando también el importante retiro de depósitos en dólares acontecido durante los primeros días de noviembre.
En este sentido, si se miran los datos de recaudación del impuesto al cheque durante octubre, se advierte que la tasa alcanzada fue la más baja desde abril de 2010, es decir, desde la salida de la crisis. Se utiliza este gravamen por su elevada correlación con el crecimiento nominal de la economía, ya que el mismo afecta directamente su base imponible (las transacciones bancarias, tanto depósitos como débitos).
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