martes, 1 de agosto de 2017

SÍNDROME DE ABSTINENCIA (YO MATÉ A LA PENJEREK)

OPINIÓN / RECORDANDO A JUAN DE BIASE 



Por RAÚL 'BIGOTE' ACOSTA (*) 

ROSARIO. En el viejo clarín, cuando era un diario con periodistas, tinta, trasnoche, galeras, plomo y linotipistas, la anécdota cuenta que, sin razones para la certeza, pero si para la belleza, un día estalló Juan De Biase. 


 Fenomenal cronista, estupendo redactor, cálido jefe de Deportes, Juan estaba obligado a escribir, todos los días una crónica sobre el asesinato de una jovencita: Norma Mirtha Penjerek. Zona de Florencio Varela.

Un crimen que podía tener connotaciones raciales, de abuso, todo feo. Una saga de días y días. La gente consume el mal como una medicina periodística. Antes, como ahora, a una noticia se la exprime como a una vaca lechera y se sigue y se sigue.

En estos días Venezuela, Julio De Vido y los fueros se llevan el premio a la holando argentina más generosa y productiva.

 Por otro andarivel va la vida diaria, desnuda y a los gritos. No es nuevo ni distinto, es parecido y diferente en cada sitio. Se debe llenar la aflicción central con by-pass a la distracción entera, acomodada. Distraída. Que no se note y se disimule el desencanto. La ”noia” absoluta.

 Juan debía llenar carillas a 66 espacios (para el cálculo de los diagramadores en dos, en cinco 'falsas', en una y medio y todas esas medidas arbitrarias de columnas que fenómenos como Ruccio Sarlanga y los Ventura sabían hacer).

 Al día 16 de escribir sobre el crimen, las fiestas, los sospechosos, la violación y los arrabales de Florencio Varela, Juan estalló. Subió al escritorio y confesó. Basta, yo maté a la Penjerek, quiero dejar de escribir de este tema, Todos entendieron. No se puede forzar el alma, las neuronas, el bolsillo y la atención del respetable público en cuestiones tan extremas y difíciles como el desafuero del valijero de todos, los chanchullos de todos.

Que una vez desaforado no arreglará la diferencia básica: ricos y pobres, la verdadera alcantarilla por donde Argentina se va al demonio, un territorio (el del Infierno) donde ya está Venezuela y hacia donde marcha Brasil. Argentina responde a tres variables.

< La plata en el bolsillo.

< El fútbol de los domingos y

< algún puterío que, ese sí, puede variar.

 No pueden variar la plata en el bolsillo para el asadito y los días de oferta. Ni el clásico. Somos una pasión que se contenta con el alarido y una economía que se resuelve en el bolsillo. Mi bolsillo.

 No es Mauricio, que no entiende de dos de estas tres cosas, ni es la reina Cristina, que como toda reina sólo se mira en el espejito. Lo que le resolvería el tema de las PASO y de Oktubre a los políticos es el retorno “del fulbo” ya, ya mismo. Sin esperar ni un día mas. Se podría demorar un poco el asunto del asadito, no mucho, pero algo.

No se puede demorar el Ríver versus Boca. Ha sido demasiado. Los historiadores dirán que Argentina cayó en un pozo de angustia cuando dejaron de jugar al fútbol para verlo al cordobés Leuco dos veces a la semana.

Al endurecimiento progresivo del músculo masetero de Majul. Que era negocio cuando había un Feinmann bueno y uno malo y que, si bien los dos son malos, era una rivalidad como la de “el fulbo”.

Han logrado, con esto, que Víctor Hugo Morales, alguien tan churrigueresco e infatuado, que ha gastado todo el almidón del Río de la Plata, termine creyéndose un analista.

 El mono, el síndrome de abstinencia es cruel, pecaminoso, poco humanitario. Siempre entendí a Juan. Ahora somos muchos los que estamos a punto de imitarlo.

 Digámoslo ya: nosotros le afanamos la guita a Julio y Cristina. Si vuelve “el fulbo” la traemos de vuelta y es más, le devolvemos el Correo y Fiat a los Macri, las curtiembres a los Yoma y el glaciar Perito Moreno a Máximo y Florencia, pero eso sí: transmisión sin abono, chicos.

(*) Periodista, conductor radial y televisivo, poeta, dramaturgo y ensayista santafecino, afincado en Rosario.

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