ECONOMÍA / POR PÉRDIDAS
(U24) - En enero pasado, cambió el CEO de Carrefour Argentina. Fue reemplazando Daniel Fernández, que estuvo 12 años al frente de la empresa, por el francés Rami Baitieh que encontró los números en rojo y se decidió a revertir la situación que lleva ya unos tres años.
Por eso, la compañía con casi 20.000 empleados y más de 500 sucursales presentó un proceso preventivo de crisis ante el Ministerio de Trabajo con el objetivo de "encontrar soluciones para garantizar la sustentabilidad de sus operaciones en Argentina".
El proceso que se abre busca alternativas para encontrar una salida a la crisis económica y se extiende, en general, a lo largo de unos diez días hábiles.
Fuentes cercanas a la compañía explicaron que el objetivo es abrir una instancia de negociación en medio de la caída del consumo, para reducir costos laborales.
En la compañía dijeron confiar en que la apertura de este diálogo, junto al Sindicato de Empleados de Comercio y el Gobierno, le permitirá plantear un plan para "reimpulsar su crecimiento".
"Carrefour confía en encontrar rápidamente las soluciones necesarias, junto a las partes involucradas, y reagrupar los esfuerzos para mejorar día a día su relación con los clientes", dijo la empresa en un comunicado.
"Carrefour tiene un plan para despedir a 3 mil trabajadores en todo el país, reducir el salario y cerrar 11 locales”, expresó hace unos días el delegado y subsecretario de Asuntos Internacionales de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios, Mario Amado.
“Hace poco más un mes, la empresa presentó a la Federación Argentina de Empleados de Comercio (Faecys) una propuesta para cerrar 11 locales en dos años, despedir a 3000 trabajadores y reducir un 20% los salarios. También pretende reconvertir 16 hipermercados deficitarios en supermercados mayoristas o hacer un mix de ambos”, explicó al diario El Cronista, Mario Amado.
Según los trabajadores, el proceso preventivo de crisis presentado a Trabajo responde en parte a la crisis del consumo, pero también a otros problemas relacionados a ciertos “desmanejos financieros” internos a la empresa en los últimos años.
“Somos conscientes de la realidad, no nos oponemos en sí a ningún plan. Hay compañeros dispuestos a irse si abren un plan de retiros voluntarios. También nos parece acertado convertir hipermercados en mayoristas, para responder a un cambio de la demanda. Esas dos medidas sí las apoyaríamos, queremos conservar la fuente de trabajo”, explicó Amado.
Hace dos meses, la multinacional comunicó que su situación en Argentina era "difícil" y que explicaba los números negativos en su balance global. En aquel momento tuvo que afrontar pérdidas totales por más de 362 millones de euros y sus acciones cayeron más del 7% en la Bolsa de París.
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