AMÉRICA LATINA / NICARAGUA
(MDZ) - Tras 16 horas de asedio por parte de paramilitares en una universidad y en una iglesia contigua en Managua, decenas de estudiantes fueron liberados hoy por intermediación de la Iglesia católica, aunque dos de ellos no lograron sobrevivir, cuatro están desaparecidos y 16 se encuentran heridos, según fuentes estudiantiles.
El asedio a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) comenzó en horas de la tarde del viernes hasta que, rodeados por paramilitares, los estudiantes se fueron escabullendo hacia la iglesia "Divina Misericordia", de la cual los separaba un pequeño parque.
Allí fueron asediados por los paramilitares durante toda la noche y la madrugada hasta que a las 7:00 de la mañana de hoy, una misión de religiosos encabezada por el cardenal Leopoldo Brenes y el nuncio apostólico Waldemar Sommertag consiguió poner fin a la violencia tras mediar ante el Gobierno.
En total unas 130 personas, entre estudiantes, periodistas y religiosos, fueron sacados del templo dos horas después.
Fueron horas de gestiones "desde que los muchachos de la UNAN fueron atacados y se fueron a poner al amparo de la Iglesia Divina Misericordia por temor a perder la vida", dijo Brenes.
Los estudiantes liberados denunciaron a través del canal 14 (privado) que sus dos compañeros fallecieron porque se impidió el ingreso de ambulancias a la iglesia y contaron cómo hombres encapuchados controlaron los accesos de la UNAN y destruyeron las instalaciones interiores.
Por lo ocurrido, responsabilizaron al Gobierno de Daniel Ortega y a las autoridades de la institución educativa por permitir el ingreso de los paramilitares.
En una breve rueda de prensa desde la Catedral de Managua, los jóvenes denunciaron además que cuatro de sus compañeros fueron secuestrados hoy por paramilitares y que se encuentran con paradero desconocido.
Los jóvenes liberados lograron salir en dos autobuses escoltados por los propios obispos y la Cruz Roja, quienes se encargaron de trasladarlos hasta la Catedral de Managua donde una multitud los vitoreó, según pudo constatar DPA.
"Pedimos a Dios que nos acompañe, vamos a salvar a nuestros muchachos y de este modo a contribuir a la paz de nuestra querida Nicaragua", dijo Sommertag poco antes de abandonar la iglesia "Divina Misericordia".
Los cuerpos de los dos estudiantes fallecidos fueron trasladados por ambulancias de la Cruz Roja.
Los jóvenes, que se encontraban atrincherados en la UNAN desde el inicio de las protestas contra el Gobierno en abril, negaron las versiones de algunos medios oficialistas sobre posesión de armas de fuego dentro de la universidad.
"Si hubiésemos tenido armas, habríamos resistido más tiempo", alegó una estudiante.
Los estudiantes dieron el puntapié inicial en abril protestando por una reforma del Seguro Social, que luego fue derogada por el Gobierno.
Pero la fuerte represión que sufrieron entonces hizo un efecto dominó y extendió las protestas por todo el país. Hoy el reclamo se centra en la renuncia del presidente Daniel Ortega.
Tras la liberación de los estudiantes, miles de ciudadanos se concentraron en Managua para realizar una caravana de vehículos por diversos barrios de la capital, en el tercer día consecutivo de protestas contra el Gobierno, que comenzaron el jueves con una multitudinaria marcha y siguieron el viernes con una huelga nacional.
Brenes explicó que los obispos se reunieron esta semana para decidir que continuarán haciendo esfuerzos para sacar al país de la grave crisis por vía del diálogo nacional bajo mediación de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
En este sentido, señaló que el papa Francisco está plenamente informado del trabajo de la iglesia en Nicaragua y que personalmente los animó a seguir en el diálogo nacional, que se mantendrá abierto pese a los ataques físicos y verbales del Gobierno.
"Estamos conscientes de que solamente con el diálogo se solucionan los problemas", concluyó el prelado.
Por su parte, Maria Luisa Bascurt, delegada en Nicaragua de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, dijo que lo que sucedió hoy con la liberación de los estudiantes "demuestra lo efectivo que puede ser el diálogo" para solucionar los conflictos.
Mientras tanto, fuera de Managua, un miembro del Movimiento Campesino opositor al Gobierno, que no quiso revelar su identidad, denunció que hubo varios muertos y heridos cuando fuerzas policiales y paramilitares disolvieron violentamente diversos "tranques" (retenes en carreteras) en las poblaciones de Santo Tomás y San Pedro de Lóvago, en la provincia central de Chontales.
"Nos emboscaron sobre la carretera desde cinco vehículos. Abrieron fuego cobardemente, sin piedad y tuvimos que replegarnos", dijo al canal 15 de televisión (privado). Agregó que gran cantidad de manifestantes buscaron refugio en zonas de montaña.
La crisis que vive Nicaragua comenzó el 18 de abril con una protesta de estudiantes. Hasta la fecha, el conflicto ha dejado más de 350 muertos y unos 2.000 heridos, según organismos de derechos humanos independientes.
El Gobierno sólo reconoce 49 fallecidos.
A las críticas internacionales, se sumó hoy el Gobierno de México, que expresó a través de su Cancillería su "profunda preocupación" por la crisis y condenó "el uso de la violencia y la represión en contra de estudiantes y civiles".
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