"De ninguna forma hay una privatización de la República de los Niños. Lo que pasa es que hay un contrato precario hasta fines de 2019, el cual el Municipio puede interrumpir en el momento en que quiera. Es un contrato precario, y si el intendente mañana se levanta enojado, lo da de baja. No es una concesión, es un contrato precario”, definió el intendente platense Julio Garro.
En diálogo para el diario local Hoy, agregó: “Yo quiero lo que tengo en la República, y lo que deseamos los platenses son contratos que estén permanentemente a prueba y atados al servicio que se dé. No hay ningún valor en el contrato. El avión le paga un canon mensual al Municipio por estar ahí y ofrecer eso”.
Se trata del Boeing 737, la aeronave presidencial que sobrevoló Malvinas. Sin embargo, el mismo diario asegura que, según fuentes cercanas a Grupo Cuatro Platense S.A., desmintieron lo dicho por el jefe comunal: “El contrato no es precario ni ha sido pactado en forma irregular sino que todo está debidamente firmado con el municipio dentro del marco de lo que exige la ley para realizar una concesión”.
De este modo, aseguraron que “el contrato que firmamos es una concesión por diez años y no hasta 2019, y con la chance de extenderlo por diez años más”.
La polémica se desató al dársele la concesión a una empresa que no tenía experiencia en el rubro y fue creada el pasado 6 de diciembre, sumado a la falta de respeto para con los plazos que exigían los decretos y las resoluciones municipales.
A su vez, el matutino advierte que el Estado local se desligó de sus responsabilidades y dejó todo en manos del empresas privadas. El proceso de privatización además continúa con la tercerización de los servicios de mantenimiento y limpieza del predio, cuya concesión habría sido dada a empresas ligadas estrecha mente a funcionarios de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad.
En tanto, padres de pacientes que asistían al predio de Gonnet para realizar equinoterapia, exigen a las autoridades una respuesta ante la suspensión de la agenda: “Exigimos que se reanude el programa. Cuando fue el recambio de gestión en 2015, no obtuvimos más apoyo de la Municipalidad para poder continuar. Ni siquiera hay un motivo específico por el cual se terminaron las actividades”, dijo al portal local Contexto, Luciano, padre de Ailén, una de los casi treinta chicos que asistía el programa los fines de semana.
“No hay programas de equino terapia accesibles. Es muy complejo conseguir el grupo de gente capacitada y el espacio, el sector privado es inaccesible. Acá está todo, el espacio y la gente pero está paralizado”, denunció el papá.
“El contacto y el movimiento del caballo hace que se trabajen músculos y articulaciones que, de otra manera, serían muy difíciles de tratar. A su vez, la parte neurológica y cognoscitiva se da en relación con el caballo ya que genera una simbiosis y una conexión con los chicos muy particular”, completó, mientras lamentaba el triste revés.
Según relataron los padres en el pedido de informes, el programa funcionó en un principio “con el apoyo de la Fundación Valorar”, que estaba a cargo de la administración de la República de los Niños, “y se hacía responsable del mantenimiento de los caballos y de los honorarios de los profesionales no voluntarios”. La respuesta oficial aún deja disconforme a las partes.
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