Por: Ana Ramos.
Las escuelas son “cajas de resonancia” de lo que pasa en la sociedad. Allí se replican la cultura, los valores, las prácticas que circulan en la sociedad, también la violencia…. La de los adultos, y consecuentemente la de los niños.
Si bien es cierto que la escuela no es un lugar aséptico, aislado, “a salvo” de la problemática social, tiene una responsabilidad que no tiene ninguna otra institución del Estado.
La escuela es donde se hace Educación. Donde corresponde hacer una reflexión profunda y sistemática de la realidad, donde el conocimiento la las ciencias sociales nos permite interpelar, analizar, elaborar una mirada crítica de esa realidad circundante, su diversidad, su complejidad y también su conflictividad. La escuela inteligente es la que aprende de esa conflictividad. La escuela es donde se construye el ser humano que queremos, para la sociedad que queremos y para el país que queremos.
En la democracia la participación “debe ser” tarea cotidiana, esos “talleres de reflexión” o “consejos de convivencia” con todas las voces de la comunidad educativa debieran funcionar desde el proyecto educativo en el día a día y no cuando hay un emergente que lamentar, como los hechos ocurridos en el Normal 3 de publico conocimiento.
¿Hace la escuela una educación para la inclusión?
¿Hace la escuela una educación para la diversidad?
¿Asegura el Estado que se formen los docentes en esta perspectiva?
Hay leyes que así lo indican: la 13.688 y la 13.298, pero ¿se implementan?
¿Hay políticas públicas pensadas para transformar la escuela hacia los postulados de estas leyes? ¿Cuáles son? Si hasta los edificios escolares se vienen abajo.
Hay un déficit enorme.
En todo el sistema educativo hay adultos partidarios de la mano dura, de la lógica de premios y castigos, convencidos de que la escuela no es para todos y que los que no quieren estudiar no tendrían que ir a la escuela a molestar.
Esta es una posición hegemónica todavía, aún en los que ocupan puestos con la responsabilidad de gestionar lo contrario, un cambio, la aplicación de la ley.
Con estos adultos funcionando bajo esta perspectiva la escuela no incluye, segrega.
Es invisible pero impacta de tal forma en la subjetividad de los chicos que genera su rechazo y consecuente agresividad.
La violencia de los adolescentes es reflejo de la violencia que los adultos ejercen sobre ellos, en la medida que no los ven como sujetos de derecho, en la medida que no les brindan una enseñanza inclusiva, un reconocimiento y puesta en valor de su diversidad, una propuesta educativa pensada especialmente para brindar educación aun en las situaciones de vulnerabilidad terrible en la que están.
Las instituciones y el sistema educativo en general, o sea el Estado ejercen violencia en la medida que no gestionan esto: la perspectiva de derechos de los niños. La escuela fracasa en su “para todos”.
La escuela fracasa como ámbito de formación ciudadana.
El municipio de La Plata, a pesar de haber “adherido” a la ley de niñez, muestra una clara ausencia de voluntad política para que el sistema de promoción y protección de derechos funcione eficientemente:
No hay capacitación a los actores en contacto con la niñez, de cómo es el Sistema de Promoción y Protección de los Derechos del Niño, como se implementa el trabajo en red, como es la lógica de la corresponsabilidad y cuales son las intervenciones pertinentes dentro del sistema.
No hay difusión ni campaña de concientización hacia la sociedad en general quien permanece en un desconocimiento generalizado sobre la existencia y funcionamiento de un nuevo paradigma.
No sostienen programas de ninguna naturaleza destinados a la protección de los derechos de los niños.
Existe un mal vínculo y desarticulación entre Provincia y Municipio en cuanto a trabajo mancomunado entre servicio Zonal (Provincia) y Local (Municipio) y en ese conflicto se vulneran aun mas los derechos de los niños.
Los problemas que han surgido en el Normal 3 y en otras escuelas de La Plata no se resuelven saturando de patrulleros y policías los alrededores o poniendo cámaras de seguridad.
Los problemas de las escuelas se resuelven con EDUCACIÓN. Con más y mejores proyectos educativos. En el día a día y no cuando ya están los niños lastimados, padres encolerizados e inspectores determinando trasladarlos a otra escuela.
¿Que espera el Estado provincial y Municipal para implementar la protección de los derechos de los niños?
Que la educación es un derecho, por ahora solo es discurso de campaña.
NOVA
(*) Profesora del Instituto de Investigaciones Sociales, Económicas y de Política Ciudadana de La Plata (ISEPCi-La Plata).
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