POLICIALES / ABUSO DE MENORES
(DP) - Un hombre de 65 años fue detenido acusado de violar al menos a nueve menores en situación de calle a los que captaba en la zona del puerto de Mar del Plata.
La causa es mantenida bajo un fuerte hermetismo judicial para preservar la identidad de las nueve víctimas que ya fueron confirmadas. Al momento de su detención, el hombres estaba contactando a un menor de 15 años.
En los próximos días el juez federal Santiago Inchausti resolverá la situación procesal del detenido y que defina la imputación que le corresponde, ya que aún se trata de establecer si además de los abusos sexuales existieron los delitos de trata de personas y pornografía infantil.
Los investigadores, además, están analizando los teléfonos celulares y la computadora secuestrada en la casa del acusado, en busca de más evidencia.
La causa comenzó a ser investigada cuando un chico contó ante un organismo estatal que ofrece contención a menores en situación de vulnerabilidad, que un hombre había abusado de algunos de sus amigos. “Estaba asustado de que le pasara lo mismo”, reveló una fuente con acceso a la causa.
Ante esta situación, la fiscal federal Laura Mazzaferri empezó investigar la denuncia con colaboración de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y miembros de las Agencias Territoriales de Acceso a la Justicia.
En base al testimonio de familiares y supuestas víctimas, se determinó que se trataba de un hombre de 65 años y luego se descubrió su mecanismo de captación.
Buscaba a chicos en situación de extrema vulnerabilidad que tenían problemas de adicciones, que vivían en la calle o que carecían de contención familiar.
Los contactos primero eran en persona y luego a través de redes sociales, donde preservaba su identidad: la foto de perfil era de un equipo de fútbol, no había imágenes suyas y las charlas las realizaba por chat privado.
En base a los datos obtenidos se descubrió que el abusador captaba a sus víctimas en la zona del puerto y tenía distintos modos de actuar.
A algunos chicos les ofrecía plata, a otros recarga de sus teléfonos celulares y hasta drogas para llevarlos hasta su casa.
En otros casos se acercaba a algún familiar y hasta se ofrecía a darle clases de inglés.
Las víctimas y sus familias estaban en condiciones de extrema vulnerabilidad social.
Con el presunto violador preso, la fiscal Mazzaferri continuó con la búsqueda de prueba.
Entre los testimonios obtenidos, la investigadora pudo establecer que el hombre tenía un método para amenazar a los chicos que se asustaban cuando los contactaba: enviaba a otro menor al que ya había cooptado a que los golpeara.
La recolección de evidencia avanzó y el miércoles se obtuvo un testimonio clave: se entrevistó a una de las víctimas en cámara Gesell, un espacio en el que, en base a la ayuda de psicólogos y asistentes sociales, se busca reconstruir la declaración de los menores.
El chico contó cómo era abusado y la forma en que el hombre lo contactó. De ahora en más, la fiscal continuará tomando testimonios a más víctimas para seguir reconstruyendo los pasos del violador.
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