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(www.eldia.com.ar) - En sus tres visitas a los tribunales de Comodoro Py, donde está el despacho del juez Claudio Bonadio, Ernesto Clarens explicó como funcionaba la cartelización de las obras viales, el rol de Cristina Kirchner, los problemas con Lázaro Báez, y explicó cómo se direccionó una obra en Santa Cruz a favor de Cristóbal López.
Así surge de la declaración cuya copia difundió ayer el portal de Clarín. En las más de diez páginas que contienen su testimonio, Clarens habló de “La Camarita”, esto es la Cámara Argentina de Empresas Viales y reveló que mensualmente le entregaban un listado en el que constaban las obras licitadas en cada región: la fecha, el número de licitación, la obra licitada, el presupuesto oficial, la empresa adjudicataria y el monto ofertado.
“En la columna siguiente el porcentaje del sobreprecio, los renglones que tienen un símbolo azul es porque esas obras se adjudicaron competentemente. El segundo listado corresponde al ranking de las empresas cartelizadas”.
El texto indica que “las primeras cuarenta empresas aproximadamente eran con las que manejaba yo, el resto nunca vinieron. Precisamente las empresas que nunca me pagaron son las que están en el listado en el ranking como del 40 en adelante”. Y dijo que los empresarios no controlaban mucho salvo que hubiera un adelanto financiero.
“Si la licitación preveía el adelanto financiero fuera del 20% del total de obra, se le pedía a la empresa la entrega de la mitad del anticipo en una única entrega, si en cambio el anticipo representaba el 10% del total de la obra, se le pedía a la empresa ese porcentaje en cuotas”.
Según Clarens Vialidad Nacional llamaba a licitación, compraban los pliegos los interesados, todos compradores del pliego eran convocados a la Camarita. Lo primero que se hacía era “cobrarse el pase”, es decir que si alguno de los que estaba sentado en la mesa le había dado el pase a otra empresa en una licitación anterior, le pedía a esa empresa que le tocaba por turno que renuncie a esa obra.
“Después jugaba su posición en el ranking, hasta que ese grupo de personas reunidas se achicaba y quedaban a modo de ejemplo, cuatro empresas. “Ahí volvían a surgir los pases, hasta que surgía el ganador. Si quedaban dos, iban en UTE, esto duraba desde las 10 hasta las 18 aproximadamente”, afirma el texto publicado por Clarín.com.
“Designado el ganador venía la discusión sobre el precio a ofertar, “siempre se iba por encima del presupuesto oficial en valores que oscilaban el 20% cuatro o cinco empresas tenían que acompañar al ganador. El 20% referido de sobreprecio estaba compuesto por 10% de coima y el 10% restante para generar pagos”, relató.
Y luego dijo que “había otros costos sobre los que había también una coima pero ese dinero no lo cobraba yo”. “A la muerte de Kirchner tanto Wagner como López me dijeron que se había discontinuado la recaudación y que no se cobraba más”, expresó en el escrito Clarens. Además el financista contó cómo se direccionó una licitación a favor del dueño del Grupo Indalo.
“Deseo agregar que un día José López me llamó y me dijo que la Presidenta le había dicho que se le adjudique una obra en el sur a Cristóbal López, creo que era la Ruta 40 tramo Perito Moreno- Bajo Caracoles pero ya se había hecho la licitación, entonces me encomendó llamar a todos lo que habían comprado el pliego explicándoles que la obra era para Cristóbal López y que se tenían que hacer a un lado o acompañar. Finalmente se la dieron a López”.
Ciertas empresas como CPC de Cristóbal López y Electroingeniería tenían línea directa. La recaudación no me la traían a mí ─esgrimió, dando a entender el vínculo directo con los Kirchner.
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