El polémico Tompkins "invierte" en el Iberá
El empresario dice que comprará tierras en Corrientes para donárselas al Estado.
El polémico Douglas Tompkins, nacido en EE.UU., autodefinido como "medio chileno y medio argentino", hombre de la conservación, agricultor, escalador, esgrimista y millonario, dijo que piensa "invertir" en la compra de tierras privadas para donar al Estado Nacional y que se conviertan en áreas protegidas "hasta mi muerte".
Junto con su esposa, Kristine McDivitt, "la Cris" como la llama Tompkins, directora ejecutiva (CEO) de los empfrendimientos y quien encabezó el proceso de donación del primer parque nacional costero en la Argentina , Monte León en el 2004, en Santa Cruz, "descubrieron" los esteros del Iberá en 1996.
"Era como la luna para mi, muy plano, muy sutil. Este paisaje es muy nuevo porque soy de montañas, paisajes muy distintos. Poco a poco conociendo la región es una joya increíble y se nota la protección que la provincia empezó en la cuenca", dijo Kristine McDivitt también a orillas de la Laguna Iberá.Junto con su esposa, Kristine McDivitt, "la Cris" como la llama Tompkins, directora ejecutiva (CEO) de los empfrendimientos y quien encabezó el proceso de donación del primer parque nacional costero en la Argentina , Monte León en el 2004, en Santa Cruz, "descubrieron" los esteros del Iberá en 1996.
Una pregunta que Tompkins no se cansa de contestar es ¿porqué un norteamericano invierte y dona su dinero para la causa de la conservación? "Donamos porque creemos principalmente en el concepto de parques nacionales . No es bueno tener muchos campos en manos de privados", dijo al explicar el concepto de filantropía en EE.UU,. en una feria de aves y animales silvestres que se realizó en Colonia Carlos Pellegrini, un municipio pegado a la Laguna Iberá y puerta de entrada a los esteros.
También llama la atención de los Tompkins la sencillez en su modo de vivir, a pesar de tener avionetas, camionetas y otros bienes propios de una fundación del calibre de Conservation Land Trust (CLT), viajan en auto entre Chile, donde viven seis meses al año, y Argentina y, las empresas de ómnibus los cuentan entre sus habituales pasajeros, como cualquier hijo de vecino.
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