CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) En la República Argentina se festeja hoy (01/03) el Día del Transporte. Y nada mejor que el estado de salud del secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, para grafica de manera exacta la situación de la red de transporte hoy en el país: está en terapia intensiva.
La tragedia ferroviaria en la estación Once ocurrida la semana pasada, que causó 52 muertos y 703 heridos sumado al paro de los trabajadores agrupados en la Unión Tranviarios Automotor (UTA) de las seis líneas de subte y el Premetro en rechazo a la falta de seguridad policial, demuestran la crítica situación del transporte público en el área metropolitana de Buenos Aires.
Como si fuera poco, el cabecilla de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte, Hugo Moyano reclamó ayer (29/02) a Cristina Fernández que "no" juegue "a las escondidas" y que responda si aceptan o no los reclamos que viene haciendo la central obrera, como la reducción del impuesto a las ganancias para los trabajadores, la universalización de las asignaciones familiares, el pago de $ 15.000 millones que, según él, se le adeudan a las obras sociales, la realización de paritarias sin "techo", y créditos para la vivienda.
Es que la ausencia de un plan de instrumentación con políticas de gobierno en materia de transporte por parte del gobierno nacional han sido muy deficientes. Y el resultado es la situción que viven millones de susuarios hoy en día.
El caos es tal, que aún se desconoce si el SUBE, el sistema de boleto único, terminará instrumentándose.
En materia de subtes, por ejemplo, la disputa que protagonizan desde hace un tiempo la Nación y la Ciudad sumó un capítulo más hoy, cuando el Gobierno porteño descartó asumir la conducción del Subte -de manos del Estado central-, semanas después de haber llevado el precio del boleto de 1,10 a 2,50 pesos.
Al mismo tiempo, el Ejecutivo nacional dispuso intervenir la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), blanco de numerosos críticas de parte de usuarios del ferrocarril Mitre y Sarmiento, al menos por 15 días, mientras la Justicia investiga la tragedia de la semana pasada.
La decisión oficial no generó mejora alguna en la traumática experiencia que deben soportar día tras día los pasajeros de las líneas administradas por TBA, sobre todo el Sarmiento, enlutado por estas horas.
Así las cosas, demoras, quejas y complicaciones son moneda corriente en los trenes de TBA y en las demás líneas ferroviarias que cubren la región metropolitana, pese a los millonarios subsidios que en los últimos años recibieron las empresas concesionarias de parte del Estado nacional.
En este contexto, un enorme signo de interrogación flota ahora sobre el futuro inmediato tanto del servicio ferroviario del Mitre y el Sarmiento como del Subte porteño, tras la negativa del jefe de Gobierno comunal, Mauricio Macri, de asumir el control y devolver la responsabilidad al Estado nacional. Pero tampoco parece estar claro qué sucederá después del 2 de marzo, con la tan anunciada quita de subsidios a empresas de trenes y colectivos en el área metropolitana, mientras persisten las dificultades para obtener la tarjeta SUBE.
La incertidumbre reina por estas horas y genera de inmediato que se incremente el estado de indefensión de los usuarios, cada vez más vulnerables en medio -y por culpa- de la rencilla política “Nación versus Ciudad” y del constante empeoramiento del transporte público.
La tarifa
Luego de que el jefe de Gobierno suspendiera el traspaso del subte, se abrió un interrogante en torno a la tarifa de tendrá el servicio, ya que durante la negociación, la Ciudad había aumentado el pasaje en un 127 por ciento de 1,10 a 2,50 pesos. Si bien el líder de PRO dijo en conferencia de prensa que ahora es nuevamente el gobierno nacional quien tiene que determinar el precio del pasaje, la Casa Rosada dijo que no aceptaba la “devolución” del servicio.
“Macri aumentó las tarifas del subte en forma sideral”, resaltó el vicepresidente, Amado Boudou, al tiempo que señaló que está dispuesto a ir hasta la Corte Suprema por el caso. Antes de que comenzara la negociación por el traspaso del subterráneo, el pasaje costaba 1,10 pesos. Al hacerse cargo el Gobierno de la administración del servicio, Macri elevó la tarifa a 2,50 pesos. Ahora, con este problema de competencias no quedó claro cómo quedará el pasaje, ya que el Gobierno le quitó parte del subsidio al servicio.
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