(U24) - Hace tres meses planteamos en Urgente24 que el gobierno de Mauricio Macri se sumergió en una polémica y peligrosa reforma previsional para congraciarse con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Esa reforma se aprobó en diciembre en dos jornadas donde se puso en duda la gobernabilidad y Cambiemos atravesó su mayor momento de fragilidad institucional. Fue en la previa a la cumbre de Davos de enero pasado, donde Macri se reunió finalmente con la titular del Fondo, Christine Lagarde.
En su columna del 8/1/2018, el periodista Rubén Chorny adelantó en este medio que “todo indica que la Argentina va por financiación del FMI que se supone ayudaría a mejorar el perfil del endeudamiento que hay que renovar”.
Más recientemente, el exfuncionario, consultor y periodista de investigación Rafael Guerschanik, escribió: “El gobierno supone que este 1er. semestre 2018 será el más difícil de su gestión, tanto por los aumentos de los servicios públicos como privados, la disminución de los ingresos de los perjudicados por un tope al ajuste previsional y salarial, y la volatilidad internacional, una conjunción que lo está llevando a la inexorable solicitud de préstamos contingentes al Fondo Monetario Internacional, tal como ha anticipado en forma reiterada esta columna”.
“Esta solicitud tendrá un costo político no menor, de ahí que las más recientes medidas del Ejecutivo Nacional son, casualmente, las sugerencias de este organismo multilateral”, advirtió.
Lagarde llegará a la Argentina en las próximas horas para asistir a la primera reunión de ministros de Finanzas y presidentes de Bancos Centrales del G- 20, que se realizará en Buenos Aires desde el 19 al 20 de marzo.
Desde el Ministerio de Hacienda explicaron que Lagarde tiene "agenda propia" al margen del G20. Esa agenda, que aún no ha sido cerrada, será discutida por la funcionaria del FMI con el presidente Mauricio Macri; el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.
El encuentro entre Lagarde y Macri se realizaría este viernes 16/3 en la Quinta de Olivos. Se espera que en ese encuentro el Presidente le solicite a la titular del Fondo la apertura de una línea de financiación.
Luego, la Admnistración Macri deberá afrontar el problema de cómo explicarle a la gente que después de ingentes tomas de deuda en el exterior por parte del cuestionado Luis Caputo, aún se necesite acudir al FMI.
Otra cuestión es el costo político que deberá enfrentar Macri, quizás a esto se debe su giro progresista de las semanas recientes sobre el debate por el aborto y la paridad salarial entre hombres y mujeres. Una forma de amortiguar el regreso al Fondo.
Algunos especialistas explican sobre el primer punto que las colocaciones de deuda pública en el exterior se está complicando por la suba de tasas de USA.
Caputo anunció para este año que tomaría deuda en pesos y que cerraba el capítulo externo, pero no mencionó al FMI. En el Gobierno apelarían a alguna línea de crédito del Fondo que Argentina no usa desde 2001. Se trata de un préstamo de US$10.000 millones que están a disposiciones de los países miembros con dificultades de financiamiento externo.
Esto es contradictorio con el discurso oficial, especialmente después de toda la deuda que tomó Caputo.
El diario El Cronista recuerda que desde 2003 que no viene un director o directora del FMI a la Argentina. El último que lo hizo fue Horst Köhler.
Recién en 2016, con Macri, el FMI retomó las consultas anuales del artículo IV, interrumpidas durante el kirchnerismo. La semana pasada el Fondo manifestó su pesimismo por las cuentas fiscales de la Argentina. Estimó que el déficit fiscal no bajará más que 4,5% del PBI. Mientras el Gobierno, en cambio, confía en que podrá reducir el déficit en los próximos años, para el FMI, a partir de 2020, continuará el rojo primario y se profundizará el pago de intereses.
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