(AGENCIA NOVA) - Más allá de la gran cantidad de privilegiados asesores que se desempeñan en el Banco Provincia y le insumen al ejecutivo un gasto millonario, hay un caso especial que tomó notoriedad pública tras una investigación del medio El Disenso.
El escándalo en los pasillos de la entidad financiara, involucra al presidente Juan Curutchet y una empleada que sería su asistente.
La chica en cuestión se llama María Emilia Jaime (entre sus allegados más íntimos la conocen como “Milu”) y los últimos dos años sumó una cantidad de beneficios económicos que molestaron a más de uno.
Entre otras cosas, aumentó su sueldo en varias oportunidades, pasando de ganar 35 mil pesos iniciales a los más de 80 mil que percibe en la actualidad.
Jaime ingresó al Bapro por iniciativa de Curutchet en enero del año 2016, apenas recién asumida la gestión de Cambiemos, para desempeñarse como asesora.
Sin embargo, a los pocos meses de haber obtenido ese puesto, logró su primer aumento salarial, camino que continúo con el correr del tiempo.
Como si esto fuera poco, solicitó un préstamo personal por dos millones de pesos. La intención era adquirir un inmueble con ese dinero, pero desde el director, la solicitud fue rechazada debido por su falta de capacidad de pago.
Ni lerdo ni perezoso, el propio Curutchet movió las fichas del tablero para que la pobre Milu no se quede sin la plata que necesitaba y en junio de 2017 le consiguió un ascenso nombrándola como “Subgerenta de la Gerencia de Comunicación Institucional”.
Sin embargo, las informaciones indican que Jaime nunca ocupó dicho cargo, sino que por el contrario continúo desempeñándose como asesora del presidente del Banco Provincia, convirtiéndose en una ñoqui vip y cobrando un total de 130 mil pesos.
El resultado de obtener estos dos puestos fue que, finalmente, pudo acceder al préstamo que tanto ansiaba.
Como los bolsillos de la amiga del picarón de Curutchet continuaban siendo flacos, meses después obtuvo 33 mil pesos como premio por el Día del Bancario, y luego cobró un total de 30 mil pesos en concepto de la cláusula gatillo que el gremio conducido por Sergio Palazzo había acordado con el gobierno provincial.
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