viernes, 30 de septiembre de 2011

FÚTBOL


OLIMPIA 0 - ARSENAL 0

Arsenal trabajó correctamente el partido y consiguió su objetivo

Arsenal fue a buscar un objetivo y lo logró. El equipo de Gustavo Alfaro se trae un 0-0 vital de Asunción, que lo deja mejor posicionado de cara a la revancha que se jugará en Sarandí en el marco de la Copa Sudamericana. 


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Quien pudo haber observado los minutos finales, puede quedarse con una imagen confusa. Lo que pareció una cancha inclinada hacia el arco de Arsenal defendido por Campestrini, porque Olimpia atacó con todo en los minutos finales, no debe tomarse como la impronta que tuvo el desarrollo del juego. 

Decimos esto porque Arsenal también tuvo sus chances de ganar el partido y no lo consiguió por las buenas intrevenciones del arquero Silva. En el final, Olimpia volcó la cancha en su favor y se agigantó la figura del arquero argentino.

Si bien un 0-0 es bueno, no es un 1-1. Al no haber marcado un gol, ahora sólo sirve ganar porque cualquier empate que no sea 0-0, beneficiará al equipo de Paraguay. Arsenal parte como favorito en la revancha, pero como siempre decimos, los partidos hay que jugarlos.

El desarrollo fue parejo y sin muchas situaciones de gol. El local comenzó mejor y estuvo cerca de abrir el marcador por intermedio de Sergio Orteman, mientras que la visita casi encuentra el gol con una carambola: Adrián Romero le dio a la pelota con el hombro, el travesaño la devolvió después del manotazo salvador de Martín Silva y en el rebote no pudo cabecear bien Mauro Obolo.

El equipo conducido por Gustavo Alfaro le cerró bien los espacios a los guaraníes, que se tuvieron que conformar durante toda la noche con probar a Cristian Campestrini desde larga distancia y el arquero siempre respondió con seguridad.
En la segunda etapa ocurrió todavía menos que en la primera y fue Arsenal el que tuvo la más clara para llevarse la victoria: a los 30', Adrián González lo vio ingresar solo a Jorge Ortiz, el mediocampista cabeceó de pique al piso y el palo le negó la conquista.

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