AMÉRICA LATINA / UN MILLÓN PARA EL 21/01
(U24) - Tal como resaltan los medios locales, llegó el día más esperado del año. El Papa Francisco arribó al aeropuerto internacional de Lima a las 16:32 -hora local- y las calles y avenidas ya estaban abarrotadas de fieles, que no sólo eran locales sino también de Bolivia y Brasil.
Se trata del segundo país en esta gira papal latinoamericana, luego de Chile, donde las cosas no fueron tal como lo esperaban los vaticanistas, llegando al punto de reconocer que haber ido al país trasandino significó el peor viaje del Sumo Pontífice.
Al respecto, resulta interesante citar un comentario del periodista vaticanista Sergio Rubin, quien estuvo minuto a minuto al lado del Papa:
"(Al escándalo por los curas pedófilos) hay que sumar el desdibujamiento del otrora gran compromiso con los pobres que tuvo la Iglesia chilena, además de haber sido un emblema de la lucha por los derechos humanos durante a última dictadura militar.
No faltan quienes creen que el poderoso secretario de Estado del Vaticano en la segunda mitad del pontificado de Juan Pablo II, el controvertido cardenal Angelo Sodano, fue delineando una Iglesia muy conservadora –y falta de liderazgos- desde su anterior paso por el país como Nuncio.
Y, por supuesto, también se suman las críticas de los pueblos originarios contra la Iglesia católica por su papel en la conquista.
Finalmente, existe un factor de fondo: la pérdida de la religiosidad de la sociedad chilena, un fenómeno drástico de las últimas décadas, que no se verificaba –al menos con esa intensidad- cuando estuvo aquí hace casi 31 años Juan Pablo II.
A contramano de América Central o Brasil, donde la Iglesia católica pierde fieles a expensas de las iglesias evangélicas, en Chile –si bien hay un cierto avance evangélico- su principal desafío es el ateísmo y el agnosticismo. Y, en este sentido, empieza a competir con Uruguay, el país menos religioso de la región.
El cambio cultural en Chile –un países de trayectoria católica, a diferencia de Uruguay- es, pues, el gran problema de fondo de la Iglesia católica y, por cierto, de las demás religiones. ¿Es un proceso que se ceñirá a los chilenos o que abarcará a otros pueblos en la medida que los jóvenes –los menos religiosos– lleguen a adultos y haya cierta mejora económica como en el país trasandino?
Acaso el saldo del viaje exija ahora una mirada en mayor perspectiva".
Así las cosas, Bergoglio arribó a Perú y este viernes comienza su agenda, que no parará hasta el domingo 21/01 cuando se despida con una gran misa preparada para un millón de personas en la Base Aérea Las Palmas.
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