GLOBAL / SUDÁFRICA
El miércoles 14/2, el Presidente sudafricano, Jacob Zuma, arrinconado por su propio partido, anunció su renuncia.
"He llegado a la decisión de renunciar como Presidente de la República con efecto inmediato", dijo desde Pretoria, según la agencia AnsaLatina.
Tomará su puesto el vicepresidente Cyril Ramaphosa, un ex activista anti-apartheid que había sido elegido en diciembre para liderar el partido gobernante, el Congreso Nacional Africano (ANC, según sus siglas en inglés).
El ANC reveló que había "retirado" a Zuma -acusado de decenas de casos de corrupción- del cargo "por interés del país".
Ansa explica que Sudáfrica realiza elecciones el año próximo y el partido al poder teme que los escándalos que rodean a Zuma podrían perjudicar a su candidato que es Ramaphosa.
Zuma se había alguna vez ganado el apodo del "Presidente teflón", explica Zeeshan Aleem del portal Vox, por su capacidad de sobrevivir escándalo tras escándalo.
Zuma había sido una vez un popular activista anti-apartheid, muy respetado en Sudáfrica, y estuvo preso junto a Nelson Mandela en Robben Island en 1963.
Pero su carrera política estuvo plagada de escándalos, explica Vox, y su reputación como corrupto se volvió una carga para su partido.
La Fundación Nelson Mandela llamó a que Zuma renuncie en febrero, diciendo que el país había sido testigo de un "saqueo sistemático" bajo su mandato.
El semanario británico The Economist considera que los 10 años de Gobierno de Zuma fueron una "década perdida".
Zuma enfrenta 783 cargos por corrupción, luego de que una corte fallara que la decisión de retirarlos había sido "irracional".
El desempleo en Sudáfrica es del 36%, incluyendo a las personas que ya no buscan trabajo. Y un porcentaje más alto del país era pobre en 2015 (la encuesta más reciente) que 4 años antes, explica The Economist. Además, la deuda pública se ha disparado.
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