Angela Merkel recibió a Vladímir Putin. |
(U24) - Las obras del gasoducto Nord Stream 2 empezaron en mayo. Es la gran apuesta de la empresa Gazprom y de Vladimir Putin, que requiere que la canciller Angela Merkel demuestre su independencia respecto de USA, que quiere ganar protagonismo en el suministro de gas a Europa.
Putin recordó que Nord Stream 2 es "exclusivamente un proyecto económico". Angela Merkel y Vladimir Putin se habían encontrado en la ciudad rusa de Sochi precisamente en mayo para una serie de negociaciones por la crisis entre Rusia y Ucrania y la construcción de un gasoducto de Rusia a Alemania.
El Gobierno ucraniano ha criticado abiertamente el proyecto de oleoducto Nord Stream 2 porque erosiona los esfuerzos de la Unión Europea para que Rusia retire a sus tropas de Crimea (cuando es una obviedad que no lo hará y, además, Crimea quiere ser rusa).
En ese contexto Trump declaró que Alemania "está totalmente controlada por Rusia", a través de sus importaciones de gas.
En Berlin, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente ruso, Vladímir Putin, retomaron la agenda del balneario ruso de Sochi. Este nueva cita en poco más de 3 meses denota la necesidad de diálogo, recomponiendo la relación estropeada desde la anexión rusa de la península de Crimea, que Ucrania presentaba como propia desde la desintegración de la URSS.
Merkel y Putin han coincidido en calificar los 'Acuerdos de Minsk' como la base para resolver el conflicto en Ucrania.
Minsk II ocurrió el 11/02/2015, en la que los gobernantes de Ucrania, Rusia, Francia, y Alemania llegaron a un acuerdo para aliviar la guerra civil en el este de Ucrania. La conferencia, supervisada por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), fue organizada como respuesta al fracaso del 1er. cese de fuego de enero-febrero de 2015.
Los ucranianos temen que Moscú los deje sin gas en invierno, ahora que es posible cerrar el grifo sin dejar sin suministro a Alemania. Por supuesto que se habló de eso.
Merkel y Putin también establecieron como una prioridad evitar una catástrofe humanitaria en Siria. Tras la salida de USA del acuerdo nuclear con Irán, Rusia emerge (para Alemania y para Francia) como un socio estable con el que trabajar. No sólo en Cercano Oriente, también en Ucrania: Merkel quiere que Rusia siga suministrando gas a través de los gasoductos que atraviesan Ucrania, donde hay separatistas prorrusos.
Merkel sufre la presión de una parte de la sociedad por su generosa política de acogida a los refugiados y también del mundo de los negocios por las oportunidades perdidas en el mercado ruso por culpa de las sanciones derivadas del conflicto ucraniano.
Respecto a Siria se abre una oportunidad si se preparase la reunión a 4 bandas en septiembre en Turquía, donde también estarían representadas Rusia, Alemania y Francia. Antes deben lograr que Putin no apoye un ataque de Asad en la localidad siria Idlib, que podría generar una nueva ola de refugiados, lo que desestabilizaría a los gobiernos 'aliados' y favorecería a los partidos políticos más euroescépticos, que normalmente admiran a Putin.
EN AUSTRIA
Antes, Putin fue un invitado especial a la boda de la ministra de Asuntos Exteriores de Austria, Karin Kneissl, y le llevó un gran ramo de flores a la novia, además de una pintura a la pareja.
Kneissl, de 53 años, se casó con el empresario Wolfgang Meilinger en una ceremonia en la pequeña ciudad de Gamlitz, cerca de la frontera con Eslovenia.
Kneissl, una académica sin afiliación partidaria, fue elegida como ministra de Asuntos Exteriores por el Partido de la Libertad, de extrema derecha de Austria, un socio de la coalición en el gobierno actual.
Putin hizo una parada de camino a Alemania, hacia Angela Merkel, en la provincia de Styria, en el sur de Austria.
El Ministerio de Exteriores austríaco tuvo que emitir un comunicado negando que hubiese "un cambio en el posicionamiento de la política exterior de Austria" por la "celebración privada" y la "visita personal" de Putin.
En la boda, Putin pronunció, además, un discurso en alemán y brindó por la novia y el novio. Pero su presencia no cayó bien a los políticos de la oposición que acusaron a la ministra de perjudicar la política exterior de la Unión Europea invitando a Putin.
"Siempre hay algún estúpido al que habría que dejar en el invierno sin gas ruso", reflexionó un historiador austríaco.
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