LATINOAMÉRICA / BRASIL
(U24) - "Argentina se está hundiendo en el caos, Argentina comienza a seguir el rumbo de Venezuela, porque en las primarias bandidos de izquierda empezaron a volver al poder", fue una de las declaraciones que disparó el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, tras la victoria del candidato Alberto Fernández en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) el pasado domingo 12/8.
Además, advirtió que no quiere "hermanos argentinos huyendo" hacia Brasil. "Si esta izquierda regresa aquí en Argentina, es posible que tengamos, en Rio Grande do Sul, un nuevo estado de Roraima. Y no queremos esto: los hermanos argentinos que huyen aquí, considerando lo que parece ser malo que sucedería allí si estas elecciones celebradas ayer se confirman ahora en octubre.
" Refirió también que "la banda de Cristina Kirchner,que es la misma de Dilma Rousseff, que es la misma de Maduro y Chávez, y de Fidel Castro, dio una señal de vida."
Pero, ¿qué hay detrás de estas declaraciones? ¿Está el Presidente brasileño preparando el terreno para retirarse potencialmente del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, cerrado en junio tras 20 años de negociaciones? ¿Está usando el tema argentino para generar una distracción respecto de los problemas que enfrenta localmente?
Sobre el acuerdo, recordemos que previo a este, Bolsonaro veía al Mercosur como un club político de izquierda y su ministro de Hacienda, Paulo Guedes, llegó a decir que el bloque no sería "prioridad" del nuevo gobierno.
Para poder cerrar el pacto con la UE, el presidente Mauricio Macri fue una figura clave para limar asperezas entre Bruselas y Brasilia, por ejemplo, con el francés Emmanuel Macron, quien apuntó duro contra Bolsonaro por el tema ecológico: lo acusó de querer arrasar con el Amazonas.
Entrar al acuerdo obliga a Brasil a cumplir con pautas internacionales sobre medio ambiente.
Por otro lado, en julio, Alberto Fernández, visitó al expresidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, el principal rival de Bolsonaro y quien está preso por corrupción.
Durante esa visita, Fernández dejó abierta la posibilidad de revisar el pacto, que aún requiere de la ratificación en ambos países.
Bolsonaro sostuvo esta semana que la postura de Fernández sobre el Mercosur "es la primera señal de que será una relación bastante conflictiva", aunque negó querer "romper unilateralmente" la relación.
"Lo vemos muy claro: después del resultado del domingo, las cosas pueden complicarse en las relaciones entre Brasil y Argentina", dijo Paulo Velasco, profesor de relaciones internacionales en la Fundación Getulio Vargas, una universidad brasileña de élite, a BBC Mundo.
"El Mercosur pasó a ser algo importante para Bolsonaro, pero ahora puede complicarse, porque para él era muy cómodo tener a Macri al lado", advirtió Velasco.
A esta situación se le suma el episodio reciente de Bolsonaro con el ministerio de Medio Ambiente alemán. El lunes 12/8, el Presidente brasileño aseguró congelar inversiones de hasta US$ 156 millones en preservación animal en Brasil.
"La política del gobierno brasileño en la Amazonía plantea dudas sobre si el país todavía está buscando una reducción constante en las tasas de deforestación", dijo la ministra alemana de Medio Ambiente, Svenja Schulze, antes de informar la cancelación del proyecto.
A nivel local, Bolsonaro enfrenta una situación poco feliz a nivel económico: las cifras del PBI indican que el país se dirige a una recesión técnica.
La economía brasileña se redujo un 0,13% entre abril y junio, en comparación con los tres primeros meses del año, cuando ya se había registrado una contracción del 0,2%, del PBI, de acuerdo al Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Los datos oficiales del IBGE sobre el segundo trimestre recién se conocerán el 29/8, pero de confirmarse las estimaciones del Banco Central, el gigante sudamericano habrá entrado en una recesión técnica, es decir, 2 trimestres seguidos de caída del PBI.
A nivel político, el miércoles 7/8 fue aprobada en la Cámara de Diputados, el proyecto de enmienda constitucional de la reforma jubilatoria, una de las prioridades del gobierno de Jair Bolsonaro. La reforma establece una edad mínima para acceder a la jubilación de 65 años para los hombres y 62 años para las mujeres.
Hasta ahora, el sistema jubilatorio brasileño no tiene una edad mínima para acceder al beneficio. El tiempo mínimo de contribución sería de 15 años para las mujeres y de 20 años para los hombres en el sector privado urbano, mientras que en el servicio público el tiempo mínimo sería de 25 años tanto para hombres como para mujeres.
La reforma, además, cambia la forma del cálculo del beneficio jubilatorio, que hasta ahora se basa en un promedio que descarta el 20% de los salarios más bajos. El nuevo cálculo se hará en base a todos los aportes, incluso el de los salarios menores, lo que recortará jubilaciones futuras.
La reforma, muy cuestionada, está siendo tratada en la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) del Senado. El Senado prevé votar sobre el tema el 18/9, en primer turno, y el 2/10 en segundo y último sufragio, según el portal G1
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