Los disparos fueron tres pero la bala que entró por la ventana de la casa del barrio San Martín de Mendoza fue una sola. Impactó en la cabeza de Aníbal Pesetti, un hombre con un abultado prontuario desde el año 1984 hasta el 2013, y por eso todo apunta a un ajuste de cuentas.
Pesetti murió a los pocos segundos del ataque y su cuerpo, en medio de un charco de sangre, quedó tirado en un pasillo interno de la propiedad. Habían pasado apenas unos minutos de las cuatro de la tarde del lunes.
Tenía condenas por abuso sexual, homicidio y robos. Entró y salió de la cárcel cinco veces hasta que obtuvo su libertad finalmente el 20 de octubre de 2015.
La hipótesis más fuerte que tiene la investigación hasta el momento es un conflicto por dinero que lo tenía enfrentado con parte de su familia.
Los Pesetti eran cinco hermanos, uno de ellos preso actualmente, pero es la pareja de una sobrina, que también tiene antecedentes, quien se convirtió en el principal sospechoso.
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