miércoles, 21 de septiembre de 2011

CIENCIA


DEL MITO A LA REALIDAD

Descubren qué guía a los vampiros hacia la sangre

 Los murciélagos vampiros el caso más famoso de animal que ha inspirado una mitología y una tradición literaria y hasta cinematográfica basada en que siempre saben morder en el sitio preciso para beber la sangre.

MADRID (Noticias de la Ciencia). Los científicos saben desde hace muchos años que cuando los murciélagos vampiros se disponen a desgarrar la piel de los animales con sus afilados colmillos, sus narices los guían a los mejores lugares donde una mordedura precisa alcanzará una vena y liberará con eficacia la nutritiva sangre. Pero hasta ahora se ignoraba cómo exactamente los vampiros detectaban el punto preciso en el que morder.

Investigando a vampiros silvestres de América del Sur, un equipo de científicos del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas en Caracas, Venezuela, y la Universidad de California en San Francisco, Estados Unidos, ha descubierto el secreto de cómo estas bestias tan lúgubres escogen el punto perfecto para morder: Una sustancia termosensible, que envuelve las terminaciones nerviosas en sus narices, llamada TRPV1. Varias compañías farmacéuticas y de biotecnología están trabajando en el desarrollo de nuevos medicamentos que actúen sobre moléculas similares a la TRPV1.

El equipo de David Julius, Elena Gracheva y Julio Cordero-Morales secuenció genes de las muestras de tejido nasal de vampiros salvajes en Venezuela, determinando finalmente que la TRPV1 es la molécula responsable de su capacidad para detectar el calor.

Moléculas similares a la TRPV1 están presentes en nuestras fibras nerviosas sensibles al dolor ubicadas en la lengua, piel y ojos. Nos permiten detectar la capsaicina en los pimientos o ajíes del grupo de las guindillas y los pimientos chile, y percibir su sabor picante.

El descubrimiento es un ejemplo rotundo de cómo pequeños cambios genéticos en el genoma de una especie pueden contribuir a que se forjen adaptaciones evolutivas importantes con el paso del tiempo, en este caso permitiendo al murciélago vampiro la percepción por infrarrojos del "mapa" de calor de sus presas, que revela la ubicación bajo la piel de los principales vasos sanguíneos. Eso les ayuda a alimentarse eficientemente de la sangre de sus víctimas.

El nuevo estudio también aporta datos útiles para el diseño de fármacos, ya que moléculas similares a la TRPV1 intervienen en el proceso de percepción de determinada clase de dolor, como el experimentado al tocar un objeto demasiado caliente, o en el fenómeno de la hipersensibilidad al calor que se manifiesta después de ciertas heridas, como ocurre con las quemaduras solares.

Los murciélagos vampiros estudiados poseen un aspecto físico describible como el de una rata con alas, pero en cambio tienen un mayor parentesco evolutivo con perros y caballos que con los roedores. De hecho, esos vampiros silvestres galopan y saltan por el terreno de un modo similar a como lo hacen los caballos.

En América del Sur, donde los vampiros son comunes, estas criaturas se acercan a sus presas por el suelo, galopando rápida y silenciosamente, para a continuación morder a vacas, cabras y aves dormidas, y beber de su sangre. Como otros murciélagos, se alimentan sólo de noche.

Los murciélagos vampiros son los únicos mamíferos conocidos que subsisten exclusivamente de la sangre, y su consumo de ésta debe ser alto para que puedan sobrevivir. La evolución les ha dado importantes adaptaciones para ejercer su macabra forma de alimentación.

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