La reivindicación del "Loco"
por CARLOS MATALLANAS
MADRID (El Confidencial). Marcelo Bielsa es un tipo raro. A ningún aficionado español se le escapa a estas alturas su carácter excéntrico, que combina con una pasión por el fútbol fuera de lo normal. Tras una larga carrera profesional en los banquillos, no fue hasta este jueves cuando el 'Loco' consiguió dejar su mejor carta de presentación a nivel mundial. Sucedió una noche de invierno, en el Teatro de los Sueños de Manchester, en el país donde nació el deporte por el que el argentino se volvió tarumba.
La soberbia victoria del Athletic ante el Manchester United ha ensalzado al club bilbaíno casi tanto como a su técnico. Inglaterra y Europa en general destacaban la apuesta por el fútbol atractivo y efectivo que hacen los rojiblancos. Pero ahora que todos son elogios, cabe recordar las dudas que levantó Bielsa a su llegada a San Mamés, incluso entre sus jugadores.
La pretemporada supuso para la plantilla una lluvia de conceptos nuevos, innovadoras formas de presionar, de moverse, de coordinarse. Además, el método de enseñanza era extremo, basado en la repetición exhaustiva y la búsqueda de la perfección en cada ejercicio. Las sesiones de entrenamiento se hacían para muchos jugadores largas y pesadas, y requerían de un plus de concentración y dedicación que prácticamente ninguno de ellos había conocido jamás. De ahí que tras un inicio dudoso en la competición (el Athletic ganó su primer partido de Liga en la jornada siete, tras perder cuatro choques y empatar dos), algunos de los pesos pesados estuvieran cerca del desquiciamiento.
Aun así, los futbolistas en cuestión esperaban cautos y no se atrevían a levantar la voz en contra de un entrenador que, para bien o para mal, logra reclutar a todos detrás de su pasión por el juego. Más allá de su rareza, la habilidad más destacable de Bielsa es su inteligencia. Y el mayor acierto en su actual etapa en Bilbao ha sido conseguir maximizar toda la herencia que recibió de su predecesor en el cargo, Joaquín Caparrós. Pero antes de dar con la tecla, más de un jugador reconocía en privado su hartazgo: "Nos está volviendo locos", se oía de sus bocas hace sólo unos meses.
Las pruebas hasta que ha encontrado un equipo eficiente han sido bastantes y algunas controvertidas. Poner a Gurpegui de lateral derecho dejando al internaiconal Iraola en el banquillo o arriesgarse a reinventar como central a Javi Martínez son algunos ejemplos. Y sus excentricidades, como concentrar al equipo en el hotel desde la mañana de la víspera de los partidos de casa, mientras él duerme en otro hotel (donde tiene su residencia), tampoco ayudaban a crear buen feeling.
Sus rarezas ahora son 'entrañables manías'
Pero su método al fin caló. Al dar la vuelta a la tortilla, sin olvidar que cuenta en su equipo con ocho jugadores que tienen billete asegurado bien a la Eurocopa bien a los Juegos Olímpicos, ha conformado un estilo de juego capaz de alcanzar cotas altas, aquellas que tanto se añoran a las orillas del Nervión. Y ahora sus rarezas son vistas como simpáticas y entrañables manías. Cosas del fútbol.
El primer Athletic de Bielsa peleará por ganar la Copa del Rey, su torneo, ante el Barcelona, en una final que se antoja más igualada que la de hace tres años. La victoria en Old Trafford le sitúa con pie y medio en los cuartos de la Europa League , donde parece que tiene algo que decir. Y en Liga sigue con paso firme en su búsqueda por los puestos que le darían paso a la Liga de Campeones la temporada próxima.
Bielsa se ha ganado a todos en Bilbao, ciudad enamorada de su equipo tanto como el argentino del fútbol. Este cóctel augura buenos presagios para el Athletic. Y lejos de estar desquiciados, sus jugadores abanderan ahora la ilusión de una afición ilustre donde las haya.
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