Este martes (7/3) la CGT realizará una gran movilización contra la política económica del gobierno de Mauricio Macri. Consiguió el apoyo de las dos CTA, grupos piqueteros y hasta empresarios de pequeñas y medianas empresas así como de diversos sectores y partidos políticos.
La central obrera medirá su alcance y peso político con el objetivo de anunciar el 1er paro general contra Macri para la primera quincena de abril (originalmente sería para fines marzo). Por su parte, la CTA se adelantará y convocará a una huelga.
Desde la CGT advirtieron que el paro esta vez es “indefectible”, y que sólo resta decidir la fecha, que se ubicaría en la primera quincena de abril. Pero hay otros sectores más moderados que prefieren esperar y primero sacar rédito de la movilización para luego ir por el paro.
En el medio se medirán fuerzas e internas de la central obrera. También quieren evitar que el kirchnerismo se monte en la marcha e incluso algún dirigente pueda poner un pie en el palco principal
En la lista de adherentes de la CGT figuran para este martes las dos CTA y sus principales gremios, Ctera (docentes) y ATE (estatales); los movimientos sociales aliados (CTEP, Barrios de Pie y la CCC); los intendentes del Grupo Esmeralda; la militancia kirchnerista y hasta la izquierda.
Los dos últimos grupos son los más resistidos por los cegetistas pero les suma número. Por último está la Corriente Federal que lidera el sindicalista bancario Sergio Palazzo, cercano a Cristina Kirchner que integra la CGT pero mantiene una línea independiente, y el Movimiento Argentino de Acción Sindical (MASA) que conforman gremios que no adhieren a la CGT unificada, como Smata, Unión Ferroviaria y los taxistas de Omar Viviani.
En este último caso, no participarán de la marcha, pero organizarán asambleas y ceses de actividad en coincidencia con la manifestación.
El Gobierno dijo la semana pasada que las puerta siguen abiertas para la CGT. Frente esta invitación para retomar las conversaciones con la central sindical, el gremialista Omar Plaini aclaró que en la CGT "no cerramos el diálogo jamás", pero se quejó porque "se firmaron dos acuerdos" y "los despidos siguieron y el gobierno miró para un costado".
"El paro lo vamos a realizar indefectible, es probable que el martes se diga la fecha", anticipó Plaini, quien diagnosticó que "el gobierno está totalmente desorientado en su rumbo económico" y lo acusó de ir "a contramano" del mundo con políticas de apertura de los mercados.
Por su parte, la CTA se adelantará a la CGT. Hugo Yasky anticipó que su central anunciará este martes un paro general. "Vamos a tener un mes de marzo en el que se va a trazar una línea muy clara a partir de la cual se sabrá que el Gobierno gobierna de manera clara contra los intereses de las mayoría de los argentinos. La inmensa mayoría sabe que por este camino, y si todo lo que el Gobierno planea se hace, va a ser peor para los asalariados, peor para los pequeños productores y para los pequeños empresarios", dijo Yasky a Radio 10 ayer (5/3).
"Acá vamos a ir a la marcha los que votamos otra opción y los que votaron a Macri porque esto no es una marcha partidaria. Esta es una marcha convocada para exigir un cambio de políticas económicas, para que no se gobierne sólo para quienes tienen plata", agregó el jefe de la CTA.
En tanto, desde el Gobierno nacional la estrategia es tildar el acto de “político” e instaron a la dirigencia gremial a no dejarse “llevar por un contexto que tiene que ver con lo político”.
El ministro de la Producción, Francisco Cabrera, criticó el llamado de la expresidenta Cristina Fernández para sumarse a la marcha al advertir que “todo lo que se hace desde el kirchnerismo es desestabilizador”.
“La primera interpretación es que es una movilización, una marcha de características políticas”, le dijo Cabrera a radio Belgrano. Y consideró que el “corte de diálogo” de los representantes sindicales con el Gobierno “suena como que tiene que ver con que se inicia un año electoral”.
También el ministro de Trabajo, J orge Triaca, cuestionó el carácter político de la manifestación y acusó a la dirigencia sindical de “romper la mesa de diálogo” para apelar al “reclamo y a la movilización”.
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