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| 6 de cada 10 chicos argentinos son pobres |
(U24) - El asesinato de una nena de 10 años reavivó el debate sobre la pobreza en la Argentina y todo lo que ella implica: narcotráfico, armas, zonas liberadas y descontrol, marcan la decadencia de los sectores más populares del país, que, sumergidos en la pobreza acarrean con un drama mucho peor: la adicción a las drogas y su fácil acceso, adicciones que en en la mayoría de los casos se traduce en los sucesos más macabros e inesperados: una menor de 10 años abusada y asesinada en un predio marginal de San Miguel.
El escenario es dramático, y empeora cuando los índices de pobreza en el país, lejos de bajar, aumentan. Los últimos números registraban un 27.7% de pobres y los informes aseguran que en el país, 6 de cada 10 niños viven en situación de pobreza.
Pero lo peor es que, el propio Presidente de la nación admitió que "las próximas mediciones también van a mostrar retrocesos", dijo Mauricio Macri en septiembre. La pobreza no solo se refleja en una medición del Indec, sino en los cientos de problemas que eso acarrea, el más preocupante: la droga. Y es que no es casualidad que la iglesia católica esté pidiendo un plan de emergencia para las adicciones.
El cura villero José María “Pepe” Di Paola reclamó ante diputados por una ley de emergencia en adicciones y remarcó que el narcotráfico “no solamente está en las villas” sino que “es un fenómeno que avanza y tiende a fortalecerse”.
Y agregó: “Los chicos no tienen ningún tipo de respuesta”, señaló y consideró que “hay que dar un paso más que un decreto” y avanzar en “una ley que pueda profundizar una propuesta práctica y concreta; que contemple todas las realidades”.
Al Estado parece no importarle el tema en sí, su foco está en el plan económico con la esperanza puesta en que si tiene éxito, "los números" en relación a la pobreza bajarán, pero en el tema de fondo, que es la adicción a las drogas que ataca a las villas e hipoteca el futuro de cientos de niños, jóvenes y adultos, nadie se ocupa.
Y es que hay que recordar los recortes que se realizaron en la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), medida por la que incluso hubo diversas protestas y manifestaciones. A eso se le suma la pésima y deprimente Ley de Salud Mental del país.
Los narcotraficantes trabajan a todo ritmo. Sentados en las puertas de sus casas, de veredas, en las calles de las villas y predios, algunos con armas a la vista, así es como los narcos manejan el territorio de los barrios más marginales, la mayoría de los clientes son menores de edad, pero venden a todo público.
No obstante, hay algunos que, por falta de recursos, han optado por drogarse con nafta y alcohol etílico. A lo largo del 2018 ya hubo seis casos de jóvenes que se prendieron fuego como producto de su consumo.
Anualmente, en la Argentina, se consumen en promedio 13.341 kilos de cocaína y 184.991 kilos de marihuana. Solo por la venta ilegal de estos estupefacientes, las bandas mafiosas embolsan 1.080 millones de dólares, unos 21.000 millones de pesos, o el equivalente al presupuesto en salud que se destina en la provincia de Buenos Aires.
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