POLÍTICA / LA HORA DE LA VERDAD DE CARRIÓ VS. MACRI
Durante el viernes 12/10 hubo quienes afirmaron que en esta ocasión, Mauricio Macri se le había plantado a Elisa Carrió, y que el presente no se parecía al pasado. Mucho menos al futuro. Llega el momento de confirmar si esto es cierto o pura especulación.
El comentario acerca de la supuesta firmeza presidencial intentaba explicar su frialdad al encontrarse con Carrió en una actividad acerca de las pequeñas y medianas empresas que exportan, y el tuiteo de Carrió sobre la conversión al statu-quo de "broma" del pedido de juicio político al ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano.
Sin embargo, resulta que Carrió ahora ya se arrepintió de su tregua al Presidente y anunció, durante el show nocturno televisivo de Mirtha Legrand, que el lunes 15/10 sí presentará el pedido de juicio político bendito, que tan divertido será para la teleplatea opositora:
** para que no funcione, Macri deberá conceder favores a algunos opositores;
** si funcionara, pese a todo, porque le costará sangre, sudor y lágrimas al oficialismo;
** si no funcionara, porque Carrió igual mantendrá el bombardeo discursivo sobre Garavano y sus protectores.
La situación es muy contradictoria porque, en los días de la estanflación terrible, Carrió le concede a Macri un acontecimiento distractivo de gran parte de la opinión pública electora de Cambiemos.
No obstante, a la vez, ella está desgastando definitivamente la existencia de Cambiemos y su proyección futura en esa opinión pública.
Después de manifestarse en contra de la permanencia de Garavano en el Gobierno, explicando que lo considera un esbirro de Daniel Angelici -el presidente de Boca Juniors, aliado de Macri, gran influyente judicial, en especial ahora que ha logrado el control del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal y le asegura a la Casa Rosada el dominio del Consejo de la Magistratura de la Nación-, Elisa Carrió le envió un nuevo mensaje al Presidente:
"No quiero que esto se genere dentro de 6 meses, porque en 6 meses hay ruptura. Ahora hay tiempo de recomponer".
¿En qué consiste la recomposición que propone Carrió?
Obviamente que ella está arrinconando a Macri en el espacio de la protección de una corrupción -diferente, probablemente, a la corrupción que le endilga a Cristina Fernández de Kirchner, pero es corrupción al final de cuentas-.
Carrió reconfirma su ambición de control de la ética republicana, y envía a Macri a la periferia del territorio del cambio, con peligro de quedar en el no-cambio.
Probablemente, sin proponérselo, Carrió está definiendo la nueva alianza que pretenden colaboradores de Macri para 2019, y que no incluye a la diputada nacional fundadora de la Coalición Cívica.
Uno de los polémicos dichos de Carrió: "Quise distender, pero esta semana lo presento. Lo que escribo y firmo, yo lo hago", afirmó, reiniciando la ofensiva contra Garavano, que quiere decir Macri.
El enfrentamiento se inició cuando el funcionario aseguró que no era conveniente la prisión preventiva de un exPresidente (o una exPresidente), y resulta que CFK tiene expedientes avanzando en su contra en los tribunales.
Horas después, Carlos Menem consiguió un fallo favorable por el tráfico de armas a Ecuador y Croacia, una resolución que, para Carrió, impulsó gente del Gobierno al que ella dice pertenecer.
Ahora, la diputada nacional expresó que su pedido de juicio político a Garavano se funda en la supuesta injerencia del ministro de Justicia en el Poder Judicial en los casos AMIA y Unicenter.
No faltan quienes opinen que, en verdad, Carrió ha comenzado a dirimir sus diferencias con Angelici, el impulsor de Garavano, antes que con el inexistente ministro (esto último sí provoca consenso).
Angelici compite, de manera directa, con Carrió en la influencia sobre el Poder Judicial, que en este contexto queda reducido, ante gran parte de la opinión pública, a un grupo de serviles que o hacen genuflexión ante Angelici, tal como antes hacían ante los Anzorreguy o Javier Fernández, o la hacen ante Carrió, tal como antes hacían ante Justicia Legítima. Deberían meditar al respecto muchos integrantes del mundillo de los magistrados.
"El caso AMIA terminó en la nulidad del juicio y en el pedido de los jueces para investigar a quienes encubrieron la investigación. En esa causa intervino Garavano. Quería salvar a Menem, a Hugo Anzorreguy (ex jefe de la SIDE) y a los fiscales (Eamon Mullen y José Barbaccia", dijo Carrió.
En el caso Unicenter: "Se probaron la autoría y las conexiones con Aníbal Fernández y María del Carmen Falbo. Y la verdad es que negociaron. A ella la designaron asesora de Garavano, y fue Cambiemos".
Carrió identificó a quién es su enemigo: "Garavano no existe, nunca fue ministro, la Justicia la maneja Daniel Angelici. El Presidente debe decidir si nos gobierna la mafia del fútbol o la justicia independiente".
En ese momento, miró a cámara y le habló directamente a Macri: "No se puede estar bien con Angelici y conmigo a la vez. No se puede estar bien con la mafia del fútbol y al mismo tiempo estar bien conmigo. El Presidente debe decidir si está conmigo o con Angelici. Mauricio (Macri) lo sabía".
Después, el misil a la Casa Rosada: "Yo quiero al Presidente, pero quiero actos. Quiero que Cambiemos gane dentro de 6 meses. No quiero que esto se genere en 6 meses, porque en 6 meses hay ruptura. Ahora hay tiempo de recomponer".
Después subió su apuesta: "Es un divorcio transitorio", ubicando así la definición en manos del Presidente.
"En la lucha contra la corrupción, perdí la confianza en el Presidente. Lo quiero más de lo que debería quererlo. ¡Es hijo de Franco Macri!", deslizó 'para bajar la tensión' (¿?).
Por si faltara algo: "La AFI (Agencia Federal de Inteligencia) está cumpliendo un rol horrible. Persigue a fiscales, da a conocer documentos secretos de la UIF (Unidad de Información Financiera), presiona en la causa de Iecsa para que no avance, que no es Mauricio, pero sí Calcaterra y Franco".
Ella volvió a respaldar a Mario Quintana, ex vicejefe de Gabinete de la Nación: "Reivindico la presencia de Mario Quintana en el gobierno. Se fue el mejor y quedaron los peores. No entiendo, no me lo explico y no lo perdono".
Finalmente: "Pido disculpas por mis formas, pero voy a morir siendo 'Lilita'. Yo no puedo ser cómplice".
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