lunes, 21 de marzo de 2016

GUEDE QUEDÓ EN LA CUERDA FLOJA POR LOS RESULTADOS Y APARECIÓ LA BARRA

FÚTBOL / TORNEO TRANSICIÓN 

Foto: Silvana Livigna


La dura derrota con Quilmes por 3-0 profundizó el malestar con el entrenador de San Lorenzo; por lo bajo se le cuestionan las decisiones tácticas, los cambios en los partidos y las actitudes con algunos jugadores de peso. 


 Por GUIDO MOLTENI | canchallena.com

Pablo Guede mira un punto fijo y ya no da indicaciones. El entrenador que vive de manera eléctrica los partidos está inmóvil mientras el mundo San Lorenzo se le vuelve patas para arriba.

Néstor Ortigoza, el referente que más lo banca, sufre la derrota desde el banco de suplentes. Leandro Romagnoli, el de la experiencia, se insulta con los plateístas de Quilmes. Y Paulo Díaz, su jugador fetiche, escapa de la cancha apenas el árbitro marca el final y desoye el pedido de Matías Caruzzo para saludar al puñado de dirigentes e hinchas que pudieron ingresar en el estadio.

El chileno, por el que hizo hasta lo imposible para que llegara al club, tiene puesta la cabeza en las eliminatorias y en el avión que partiría en unas horas a su país. Todo sucede al revés en el mundo Guede, un técnico que pasó de los elogios desmedidos a las críticas profundas, y que luego de la goleada por 3 a 0 ante Quilmes quedó en la cuerda floja.

Los gestos de Bernardo Romeo y Matías Lammens hablan. La preocupación que expresan el manager y el presidente del club en la charla que tuvieron con el DT minutos después del final del partido demuestran que algo no anda bien en San Lorenzo.

Si bien ellos son los primeros en defender a Guede ante las críticas, saben que la paciencia en el entorno azulgrana se está acabando y necesitan un golpe de timón para no sumarse a la larga lista de clubes que cambiaron al entrenador durante el torneo.

Es que la presión sobre el DT no sólo se da por los malos resultados: algunas actitudes y decisiones lo pusieron en la mira de los hinchas y de varios dirigentes.

Ayer lo que más reproches despertaron fueron los cambios que el entrenador hizo en el segundo tiempo. Si bien Ortigoza no jugó su mejor partido, sorprendió cuando lo sacó por Héctor Villalba, uno de los jugadores que menos en cuenta tuvo durante su gestión.

Y la última variante, de Díaz por Franco Mussis, cuando el partido ya iba 3 a 0, generó desconcierto. Además, la disputa que mantiene con Juan Mercier también le recorta respaldo. Aunque no lo admitan en público, no tienen una buena relación y ésa es una de las razones por las que el director técnico decidió no contar con ningún volante defensivo en el banco de suplentes.

La insistencia en darle oportunidades a futbolistas que hace rato no tienen un buen nivel también afectan la reputación de Guede. El caso más emblemático es el de Martín Cauteruccio, que atraviesa uno de los peores momentos en su carrera, pero el entrenador lo sigue ratificando como titular.

Que ayer el delantero haya jugado gran parte del partido, y que Pipi Romagnoli y Pablo Barrientos no hayan ingresado ni siquiera un minuto es algo que difícilmente los hinchas puedan entender.

Algo nervioso, cuando fue consultado sobre estas decisiones, Guede se enojó y explicó: "No puede ser que cuestionen que Romagnoli no haya ingresado, como si conmigo no jugara nunca. Decidí que no ingresara porque viene jugando varios partidos, tiene que descansar. Y lo de que no haya volantes defensivos en el banco es una decisión mía, que la tomé porque Díaz puede cumplir perfectamente ese rol".

Sobre la salida de Ortigoza, aclaró: "No tiene ninguna lesión ni molestia. Lo saqué porque no estaba jugando bien". Lo cierto es que la derrota ante Quilmes no sólo se explica por las decisiones del DT.

El rendimiento individual de cada futbolista fue muy bajo, e incluso se falló en la actitud, ya que los jugadores de Quilmes ganaron cada pelota dividida. "Fue el peor partido desde que llegué a San Lorenzo. La derrota me deja preocupado por la forma en que jugamos, no hicimos nada de lo que veníamos haciendo", señaló Guede, que está convencido de que los resultados no se le vienen dando por la falta de suerte, y que ayer fue una de las pocas veces en las que su equipo mereció perder.

En esta caída libre que comenzó el 23 de febrero, con la derrota ante Liga de Quito, San Lorenzo sumó el octavo partido consecutivo sin éxitos. Cinco empates y tres derrotas acumuló en el último mes.

Por eso, este receso de dos semanas por las eliminatorias le llega en el momento justo. Este equipo, que supo vapulear a Boca en la Supercopa y ser uno de los candidatos en el campeonato, tiene dos semanas para volverse a encontrar.

Dar vuelta la página en el torneo local y conseguir el milagro de seguir en la Copa Libertadores serán los próximos objetivos de Guede. Un técnico que haga lo que haga, dará que hablar.

LA BARRA BRAVA PIDIÓ EXPLICACIONES

Luego de la contundente derrota frente a Quilmes, integrantes de la barra brava de San Lorenzo se acercaron hasta el hotel Intercontinental, donde se alojó el plantel del Ciclón, y habló con referentes del plantel para demandar respuestas sobre el rendimiento del equipo en los últimos partidos.

Según se supo, los hinchas se reunieron durante unos 45 minutos con Néstor Ortigoza, Leandro Romagnoli, Matías Caruzzo y Julio Buffarini.

No hay comentarios:

Publicar un comentario