FÚTBOL / COPA AMÉRICA CENTENARIO
Con goles de Aranguiz y Fuenzalida se puso en ventaja rápidamente y dominó por completo a una débil Colombia. El domingo, desde las 21, repetirá la final de la edición anterior frente a la Selección Nacional.
Chile demostró su superioridad, derrotó 2 a 0 a Colombia por la segunda semifinal de la Copa América y se aseguró el pasaje al encuentro definitivo del certamen que se disputará el domingo en Nueva Jersey y para el cual ya está clasificado el seleccionado argentino.
Charles Aranguiz y José Pedro Fuenzalida marcaron los goles para el conjunto dirigido por Juan Antonio Pizzi. Como si la exhibición del último sábado ante México, con goleada 7 a 0 incluida, nunca hubiese terminado; como si entre el pitazo final del brasileño Heber Lopes y el inicial del salvadoreño Joel Aguilar no hubiese transcurrido más que un parpadeo, Chile arrancó a ritmo demoledor, se llevó por delante a Colombia y antes de que el cronómetro extinguiera el primer cuarto de hora ya había sacado una ventaja tranquilizadora.
En ese inicio arrollador fue clave José Pedro Fuenzalida, quien hizo un surco por la banda derecha, enloqueció a Frank Fabra y fue partícipe en los dos gritos.
A los 7 minutos desbordó y tiró un centro pasado que Carlos Sánchez intentó despejar y dejó servido para que Charles Aranguiz batiera a David Ospina. Cuatro minutos más tarde el exjugador de Boca -ahora en Universidad Católica- recogió un rebote en el poste derecho tras un disparo de Alexis Sánchez y empujó a la red.
Aun sin Arturo Vidal, su jugador más desequilibrante (suspendido por acumulación de tarjetas amarillas), y con Eduardo Vargas (goleador del torneo con seis) desvinculado del juego de ataque, la Roja siguió generando peligro y estuvo cerca de marcar el tercero, pero entre Ospina y el palo izquierdo se lo impidieron a Alexis Sánchez.
Como si hubiese salido a jugar el primer tiempo con medio tanque, después de hacer el gasto en los 20 minutos iniciales el conjunto de Pizzi se desinfló. Colombia recuperó la pelota y mostró algunos destellos de su juego.
Entonces apareció la figura de Claudio Bravo, muy cuestionado por varios errores en los partidos previos, para mantener su arco en cero. El guardavalla de Barcelona le ganó primero un cara a cara a Roger Martínez, luego envió al córner un disparo de Santiago Arias, que le había ganado la espalda a la defensa chilena, y sobre la hora voló y estiró su brazo izquierdo para evitar que un derechazo esquinado de Sánchez le permitiera al elenco dirigido por José Pekerman irse al vestuario con un panorama más alentador.
Durante el entretiempo y cuando se estaban por cumplir los 15 minutos reglamentarios de descanso, desde los altoparlantes del estadio Soldier Field llegó el anuncio de la suspensión. "Damas y caballeros, se acerca una tormenta peligrosa al área, por favor buscar refugio debajo de las tribunas del estadio", anunciaron los organizadores, mientras los futbolistas permanecían en los vestuarios y la lluvia comenzaba a caer con fuerza.
El panorama no era alentador, ya que el aguacero era intenso (las tribunas comenzaron a inundarse rápidamente) y caían rayos en la zona (según informó la Conmebol, cuatro impactaron sobre los pararrayos del estadio). Sin embargo, después de una hora y media la lluvia menguó y un grupo de operarios comenzó a escurrir con secadores manuales el agua del campo de juego.
A las 23.55 (hora argentina), la organización comunicó que el duelo se reiniciaría media hora después. Antes del pitazo de Aguilar y la reanudación del partido (en un terreno de juego extremadamente rápido debido a las intensas lluvias) Pekerman apostó al ingreso de Marlos Moreno, la joven figura de Atlético Nacional de Medellín, en lugar de Edwin Cardona y Colombia se adelantó en el campo apostando al juego por las bandas y presionando la salida rival.
Pero a pesar de las buenas intenciones de los cafeteros, un claro penal no sancionado por el árbitro salvadoreño tras una falta sobre James Rodríguez y la temprana expulsión (11´ST) de Carlos Sánchez por doble amonestación le complicaron el panorama.
Con un jugador menos y ante una pasiva selección chilena que le cedió el control de la pelota, Colombia insistió en dominar el mediocampo y conseguir el descuento a través de acciones aisladas de sus jugadores ofensivos, sin embargo sus propias imprecisiones y la seguridad de David Ospina se lo imposibilitaron.
El ingreso de Sebastián Pérez y de Carlos Bacca (por Frank Fabra y Juan Cuadrado respectivamente) fueron las últimas cartas a las que recurrió Pekerman para revertir una historia que se le presentó adversa desde aquellos cinco minutos fatídicos en que Chile consiguió la merecida ventaja.
Tras la victoria del combinado trasandino, el domingo próximo a las 21 (hora de nuestro país) se volverá a repetir la final de Copa América del año pasado y la selección Argentina irá en búsqueda de la tan ansiada revancha. El título del mejor del continente está en juego otra vez. (www.clarin.com)
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