El relato de OPI Chubut da cuenta de la resolución de la Justicia chubutense en el caso de Alpesca, en Puerto Madryn. Omar “cura” Segundo y sus hijos, que simularon la venta de Alpesca SA, donarán plata, leche y harán trabajos comunitarios, como toda retribución y “pena” por haber simulado que vendían una empresa a la que vaciaron, quebraron, dejaron 2000 personas en la calle y está sospechada de haber sido utilizada para el tráfico de estupefacientes. (Por Giuliano Ventura)
(OPI Chubut) – Cuando hablamos del delito y las penas, indudablemente que hay que remitirse a los jueces, pero también a los Códigos y a las leyes e invariablemente a quienes son sus hacedores, los legisladores; después no podemos quejarnos cuando los abogados, hábiles para encontrarle los agujeros por donde sacar libres a los delincuentes, hacen permeables los delitos, a penas realmente sorprendentes.
Este es el caso con lo sucedido en Puerto Madryn con la jueza Stella Eizmendi quien le otorgó la “probation” a Omar “cura Segundo a Rosa Chico y sus hijos Paulo y Federico Otero (prófugo), atendiendo a que los acusados de simular la venta de la empresa Alpesca SA, carecen de antecedentes penales.
Por este hecho la jueza accedió a que Segundo done 20 mil pesos a una institución benéfica y 60 litros de leche mensuales durante un año, Otero y Chico 10 mil pesos y la misma cantidad de leche y de esta manera suspende el juicio por un año y seis meses para “cura” Segundo y dos años para Otero.
La causa imputa a “cura” de haber fraguado una venta de Alpesca con Chico y Otero, un delito que conlleva una pena de 1 mes a 6 años. La justicia benévola de nuestro país, cuyos límites son absolutamente móviles y laxos, arregla todo con penas leves, solo porque “no tienen antecedentes”, aún cuando “cura” Segundo esté involucrado por narcotraficante en la causa “Poseidón”, otra de sus pesqueras donde salían langostinos recibieron de cocaína.
Alpesca fue (según la justicia) simulada en su venta, algo que pareciera ser menor, excepto que se ponga en contexto y ahí parece la empresa que Segundo vació, por la cual defraudaron con cheques por millones de pesos y la cual dejó a casi 2000 empleados en la calle, con cargo al Estado provincial y por lo cual aún Martín Buzzi y Cia no dio cuenta de los 10 millones de pesos que le entregó a Segundo, plata que nunca se supo dónde fue a parar.
Esto, sin contar que las fuentes indican que Alpesca fue otra pantalla para la utilización de sus instalaciones, en tareas de narcotráfico y contrabando.
Pero todo esto es un detalle menor. La justicia decidió que no hay méritos ni antecedentes entre los integrantes de la “simulación de venta” y que con hacerles pagar unos pesos, unos litros de leche y que barran la vereda de una institución pública, sus pecados, son suficientemente reparados.
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