AMÉRICA LATINA / BRASIL
(DP) - Los tres tripulantes de un velero argentino que eran buscados desde el pasado miércoles 27 de junio cuando navegaban en aguas brasileñas fueron finalmente hallados a salvo en uno de los tantos operativos de rastrillaje que se venían realizando.
La noticia fue confirmada por directivos del Club Náutico de Mar del Plata, al mismo tiempo que se dio cuenta que los tripulantes, Horacio Sánchez Fuentes (oriundo de Mar del Plata), Martín Alvarez (domiciliado en la ciudad bonaerense de Las Flores) y Daniel Ansalone (residente en Miramar), “se encuentran en buen estado de salud”.
Cabe recordar que la embarcación tenía previsto partir el 27 de junio desde el puerto de Imbituba, en las costas de Santa Catarina, en el sur de Brasil, hacia Mar del Plata, pero desde entonces, no se supo más nada de ella. Por lo tanto, se lanzó el alerta y la búsqueda, tanto por agua, como por aire, con la asistencia de aviones y helicópteros, más la asistencia de personal de la Prefectura Naval Argentina.
Según trascendió, “los navegantes decidieron aguardar en Río Grande do Sul a que mejoraran las condiciones de navegar para continuar el viaje, pero no avisaron del cambio de planes” y también se indicó que Sánchez Fuentes se había encargado de las restauraciones del velero, que llevaba dos años apostado en Porto Belo.
Este fue el motivo del viaje de estos tres hombres a Brasil, desde donde pensaban regresar navegando con el velero de madera, llamado Gypsy II, una vieja embarcación que data de 1932, tiene 10.80 metros de eslora, cuenta con tres velas y no posee radar o rastreador satelital.
En su cuenta de Facebook, Horacio Sánchez Fuentes publicó fotos y relatos de los viajes del velero y las diversas restauraciones que sufrió a lo largo de los años.
La temporaria desaparición del Gypsy II trajo el recuerdo del Tunante II, otra embarcación argentina que también se perdió frente a las costas de Rio Grande de Sul.
Ese velero con tripulación argentina salió el 26 de agosto de 2014 y una tormenta con olas de hasta 8 metros los sorprendió en plena navegación. En ese momento, los argentinos se comunicaron con sus familias, a través de un teléfono satelital, pero luego la comunicación se cortó.
Los argentinos que iban en el velero eran el oftalmólogo Jorge Benozzi; el cardiocirujano y piloto con licencia de Prefectura Naval Argentina, Alejandro Vernero; un amigo de Benozzi, Horacio Morales; y el yerno del oftalmólogo, Mauro Cappuccio. Tanto la embarcación como sus tripulantes nunca pudieron ser hallados.
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