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(INFOCIELO) - Después de recibir amenazas de muerte y mensajes intimidatorios, Roxana buscó ayuda en la Justicia pero se encontró con más desamparo: “Nadie está instruido y una está a la deriva”. Otro caso indignante de violencia de género sacude a la ciudad de La Plata, denunciado a través de publicaciones en las redes sociales por varios trabajadores de la Caja de Abogados y en la Fiscalía Nº 13 y el Juzgado Nº 7 por la propia protagonista.
“En Camino Centenario hay muchos accidentes”, fue la primera de las frases intimidatorias que Roxana Hurban recibió el último enero en su teléfono celular por parte de su ex pareja, con quien convivió diez años y tiene un hijo en común.
Separados desde noviembre de 2018, la denuncia inicial de la mujer fue el 14 de mayo. “No lo hice antes por conocer su forma de ser y tener miedo a las represalias”, sostuvo en diálogo con Martín Strilinksy por “Me levanté cruzado”.
Después de cortajear las ruedas de su auto, perseguirla y amenazarla telefónicamente, el agresor la atacó en persona.
“Un día llego de mi trabajo a mi casa, siento la frenada de un auto, me doy vuelta y me tira con medio ladrillo, pegándome a la altura entre el cuello y la espalda. Se va, vuelve y me dice ‘te voy a matar’”, relató Roxana.
La misma advertencia se repitió a través de un llamado al portero eléctrico y también por medio de señas violentas desde la puerta de la Caja de Abogados, donde se apostó a pesar de la restricción perimetral que los separa.
“Esperando 25 minutos a que llegara un móvil policial después de tocar el botón antipánico, no sabemos en qué descuido se metió en la cochera privada y me cortajeó por tercera vez una rueda del auto”, contó.
“¿OTRA VEZ ACÁ?”
En su primer acercamiento a la Comisaría de la Mujer, Roxana recibió un “trato normal”, aunque tuvo que esperar cinco horas para radicar la denuncia. En las visitas posteriores comenzó a sentir que era “una carga, una molestia”, hasta que en la cuarta fue recibida de la peor manera: “¿Otra vez acá?”.
“El sistema no ampara a la mujer en ningún momento, es todo una farsa, el 911, el 144, el botón antipánico, el rondín policial; son todas herramientas para figurar pero no protegen en ningún momento a la mujer”, resaltó Roxana.
“Un día fui con mi hijo, porque también esta persona hostiga a mi hijo mayor de 19 años en su trabajo constantemente, y me fui llorando. Este hombre está tranquilo en su casa tomando mate en su casa y yo ando con mis hijos a cuestas para todos lados con miedo a salir a la calle, con miedo a saber si los vuelvo a ver”, se lamentó.
“Están jugando a un prueba y error conmigo, y el cuerpo lo pongo yo. Nadie sabe qué tiene que hacer. Nadie está instruido en los pasos a seguir, por eso una está a la deriva. Tantas cámaras de la ciudad, ¿sabés todas las pruebas y horarios exactos que yo presenté?, ¿para qué las tenemos?, ¿para cuando las chicas ya están muertas?”, enfatizó.
“No quiero que me maten, tengo dos hijos y necesito llegar a mi casa, es lo único que estoy pidiendo”, culminó Roxana.
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