Wanda Yael Muñoz y una de sus hijas. |
(U24) - Wanda Yael Muñoz (CUIT 27-26818032-5) es monotributista desde el año 2008, y desde casi una década, y con esa categoría de contribuyente a la AFIP, es afiliada a la Obra Social de Petroleros (OSPE). Muñoz es esposa y madres de tres hijos pequeños, de 10, 7 y 3 años. Ella se debe operar de urgencia en el Hospital Español de La Plata, de un tumor benigno en la columna vertebral en el menor tiempo posible, antes que de éste envuelva a la médula espinal.
El tiempo es vital, pero OSPE no autoriza la intervención ya que afirma que la AFIP no le giró el dinero correspondiente al "Monotributo Obra Social" de los meses de Mayo, Junio y Julio, a pesar de que la afilada está al día con los pagos complementarios que ella hace directamente a esa Obra Social.
Sin embargo, Muñoz pagó a la AFIP conforme a la información que le indicaba la página web de ese organismo fiscal, de hecho se le informa que tiene un crédito a su favor en el "Monotributo Obra Social".
En medio de un dolor de espalda que se irradia a todo el pecho, apenas apaciguado por una mezcla de analgésicos, peregrinó por las oficinas de OSPE, hasta que le aconsejaron que fuera a la delegación de la AFIP.
Fue precisamente en la AFIP donde ella le mostró al empleado la página web donde se informa que tiene un crédito fiscal con el aporte a la Obra Social. Entonces, el empleado de la AFIP que la atendió le reconoció que la información que ella veía en la página web de los monotributistas no reflejaba la verdad y que había una deuda total $8.268 producto de un error de sistema, cifra que no incluye los intereses, y que en otra página de la web de la recaudadora impositiva se mostraba la deuda real.
Pero Wanda no es contadora como para navegar en la extrema compleja y para nada amigable web de la AFIP y así poder conocer la realidad. Para Wanda esa cifra es inalcansable para abonarla en un sólo pago.
Le pidió a la AFIP una financiación dado que el error era de ellos (error reconocido por los empleados que la atendieron), pero por el contrario le "pasaron la pelota" a la Obra Social.
Wanda, con su dolor ya insoportable, lágrimas en los ojos y una angustia que la hundía en la desesperación, caminó de la mano de su hija de 10 desde 60 entre 10 y 11, sede de la agencia de la AFIP hacia 4 y 48, sede de OSPE. Y en este último lugar, cuando Wanda pidió una refinanciación de esa deuda producto de un error que ella no cometió, ocurrió lo previsible: "le pasaron la pelota a la AFIP".
Wanda insistió como solucionar esta deuda porque la operación tiene carácter urgente. La respuesta que Wanda tradujo tras una desgastante discusión fue un "ni".
En definitiva, una madre de tres hijos chicos, que abonó sus obligaciones fiscales según información errónea de una AFIP que no se hace cargo en dar una solución, una OSPE que no le conviene económicamente arreglar este tema y toma el camino fácil de enviar de nuevo a su dolorida y angustiada afiliada al limbo de la desesperanza. Y una operación urgente que de no realizarse a tiempo jaqueará la salud de Wanda por el resto de su vida.
Esta situación real supera en mucho a la ficción de aquella película derivada de una exitosa tira cómica de la revista Humor Registrado y que reflejó el sistema de salud argentino de entonces y que no pierde vigencia: "En la Clínica del Doctor Cureta hay más humanidad que en la pesadilla que estoy viviendo", afirmó Wanda mientras el intenso dolor y la angustia la desesperan.
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