ENTRE RÍOS / ESCÁNDALO MUNICIPAL
PARANÁ. El cambio del gobierno municipal de Paraná era algo que se sabía que ocurriría sí o sí luego de la pésima gestión de la intendenta Blanca Osuna, “la mejor alumna de Cristina”, como gustaba que le dijeran.
El cambio ocurrió tal como se preveía y la llegada del nuevo intendente, el radical Sergio Varisco, que llegaba por segunda vez a cumplir ese mandato, suponía el comienzo de una etapa de progreso para los paranaenses, luego de tres nefastos gobiernos kirchneristas.
Sin embargo, a 5 meses de la nueva administración municipal, lo que se percibe es que Varisco y su equipo llegaron al gobierno sin ningún tipo de proyecto o planificación para mostrar que realmente iban por un cambio.
La mediocridad es lo que ha caracterizado al gobierno municipal de Paraná en este corto tiempo. Las peleas constantes entre el intendente y su vice, la dirigente del Pro local, Josefina Etienot, y los desaguisados que ella misma ocasiona permanentemente en el Concejo Deliberante han sido moneda corriente hasta ahora.
Paraná se encuentra en un estado de semi abandono y con un municipio cuyos funcionarios parecen no reaccionar ante los problemas. El intendente Varisco solo mantiene su autoridad porque es quien paga los sueldos, algo que puede hacer gracias a que el 60% de los paranaenses paga sus tributos en término, un promedio que está por encima de muchas ciudades del país que sin embargo están en mejores condiciones que la capital entrerriana.
Pero además pareciera que la nueva gestión continúa con una práctica que fue otra de las cuestionadas acciones del gobierno de Blanca Osuna: Los negocios difíciles de explicar dentro de las distintas reparticiones.
Durante el gobierno anterior se comentaba asiduamente sobre ciertos acuerdos entre la Secretaría de Obras Públicas de la municipalidad y un sector de Vialidad Provincial que en esa época se hacía cargo del asfaltado de las calles de Paraná.
El negocio, según las fuentes consultadas, consistía en sobrefacturar las compras de broza que hacía la municipalidad al organismo provincial.
La broza se utiliza como base en las calles, antes de aplicar la capa asfáltica.
Según esos informantes era un negocio que conocía, se ignora por qué motivo, el esposo de la intendenta, Carlos Molina, quien gozaba de línea directa con el director de Vialidad, Guillermo Van Opstal, un personaje que ha tenido un crecimiento patrimonial muy importante y que gozó de “cobertura” de las más altas esferas del anterior gobierno provincial.
Al asumir el nuevo gobierno provincial encabezado por Gustavo Bordet, cambió la presidencia de Vialidad que quedó en manos del gremialista vial Juan Carlos Lallana. A poco de iniciar esa nueva gestión se conoció una extraña maniobra por la cual supuestamente se habían comprado 60 TN de asfalto líquido, pero a la planta de Vialidad habrían ingresado 20 TN, un hecho que no sería novedoso, aparentemente.
La situación generó un revuelo tal que a punto estuvo de costarle el puesto al nuevo presidente que se salvó debido a que el gobierno no quiso asumir el costo de tener que echarlo a menos de 2 meses de asumir.
Luego hubo otro caso en el que se descubrió que otro de los directores del organismo, Néstor Kemerer, habría ordenado que se utilice un carretón de grandes dimensiones para trasladar chapas de un techo hasta las instalaciones de un club cuya vicepresidenta es su esposa.
Kemerer habría presentado la renuncia, pero la misma no le fue aceptada por el ministro del área, por el mismo motivo que salvó a Lallana.
¿Haría el gobernador los cambios imprescindibles en Vialidad Provincial?
Sorpresivamente, habría sido el intendente de Paraná, Sergio Varisco, quien salió al rescate de Lallana. Según 2 fuentes muy fidedignas, Varisco le habría pedido expresamente al gobernador Bordet que lo mantenga en su puesto.
Las mismas fuentes aseguran que Varisco se habría interesado en conocer el 'know-how' de Lallana vinculado a aquello que se le reprochaba. ¿Para qué querría conocerlo el intendente? Ni idea.
Curiosamente, las únicas obras que ha encarado Varisco desde que asumió han sido el asfaltado de nuevas calles de Paraná y el bacheo de las arterias rotas, 2 labores para las que se necesita el uso de broza en grandes cantidades, y hasta donde se sabe Vialidad sigue “colaborando” con el municipio en esas tareas.
En Paraná, abunda la casualidad....
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