OPINIÓN / REVISANDO LA TRAGEDIA
PARANÁ. El de Micaela García se trató de un crimen evitable si el sistema, la prevención y las responsabilidades institucionales hubieran estado activas para que estos horrores no sucedan.
Me pregunto por qué razón el Gobierno no reglamentó la Ley N°10.015 sancionada en el año 2011
(Registro de Defensa de la Integridad Sexual) que creó un Banco o Registro de Datos Genéticos de autores de delitos contra la integridad sexual que debe contar con datos de identidad, físicos, la pena recibida por el delito juzgado, los antecedentes judiciales, las fotografías y las muestras de ADN del reo que debieran destinarse a un sitio de Internet que pueda ser consultado por quienes almacena datos sobre la identidad y genética de los condenados por delitos sexuales.
Esa norma está vigente pero no es operativa porque el Poder Ejecutivo jamás la reglamentó, de modo que en los hechos es letra muerta.
Existe una omisión indiscutible del Estado, en este caso por conducto de un funcionario judicial.
Si bien es cierto que no puede asegurarse que con el acusado Sebastián Wagner en prisión, Micaela García no hubiera sido víctima de violencia, lo cierto es que la liberación de este psicópata permitió el femicidio que lamentamos.
Nos espantamos, luego, de que suceden estos horrores, pero quienes deben estar delante de los hechos, anticiparse a lo que pueda suceder, a prevenir estas atrocidades no cumplen la función: más tarde, ellos son los primeros en solidarizarse con las familias de las víctimas.
¿Cuántas violaciones o asesinatos más debe soportar la sociedad para que el Estado haga algo? Pintarse el rostro o salir a ocupar plazas gritando “ni una menos” no alcanza, si el Estado no se hace cargo de una de sus funciones críticas: prevenir y reprimir el delito.
Otra vez el Poder Judicial en la mira, por hechos que lo señalan directamente. Es hora de ajustar el mecanismo de designación de jueces para consensuar como sociedad qué perfil de Jueces buscamos, qué Justicia necesita la provincia, qué modelo de magistrado está a la altura de los requerimientos de una sociedad cada vez más demandante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario