FÚTBOL / COPA LIBERTADORES
(DP) - Los brasileños, actuales campeones de América, ganaron la pulseada táctica y se llevaron un 1 a 0 que deja a los de Gallardo muy comprometidos de cara a la revancha; Michel, de cabeza, hizo el gol en el segundo tiempo.
No fue la noche soñada ni esperada por River. Porque sin intensidad ni juego asociado, pagó sus debilidades con una derrota que deja sus heridas, porque ahora los de Gallardo están obligados a ganar en Brasil, para luchar por un lugar en la final de la Copa Libertadores.
Gremio, achicó bien los espacios e hizo la diferencia, con una acción de pelota parada, que derivó en el cabezazo goleador de Michel.
El oficio y la experiencia de Gremio (último campeón de la competencia) logró de entrada frenar el ímpetu de River, que no mantuvo en ese primer tiempo la intensidad que había exhibido en sus presentaciones en el Monumental frente a Racing e Independiente, en las etapas anteriores.
Entonces, sin un circuito de juego fluido para el Millonario, el negocio terminó siendo para la visita, que enfrió el trámite del encuentro y llenó de dudas y confusión a los dirigidos por Gallardo.
Con ese escenario, en el capítulo inicial hubo más choques y faltas en la mitad de la cancha que situaciones de peligro en las áreas, porque Juan Fernando Quintero arrancó demasiado atrás y nunca pudo asociarse con Borré y Scocco, los referentes de ataque para el local.
Mientras que Gremio apostó todas sus fichas a un bloque sólido en defensa, sin dar ventajas, para tener el contraataque como una segunda opción, sin sumar soldados al solitario Jael, en ofensiva.
Y con una historia que no dejaba satisfecho a Gallardo, la primera acción de peligro fue para Gremio, porque River no ocupó bien los espacios en su zona defensiva, y el balón le cayó a Cícero, quien sin demoras se acomodó para sacar un zurdazo seco, que obligó a una gran intervención de Armani, para mandar el balón por arriba del travesaño.
Del otro lado, River apenas llegó con dos intentos de Exequiel Palacios desde la puerta del área, y en ambas ocasiones Marcelo Grohe evitó complicarse y rechazó el balón hacia los costados.
En el complemento, River intentó mover la estantería, por lo menos, desde la actitud. Pero no pudo despegar su juego y apenas se arrimó con peligro gracia a un cabezazo de Maidana, que se fue por arriba del travesaño.
Mientras que Gremio nunca se salió de su libreto, y encima logró hacer enmudecer el Monumental con una acción de pelota parada, porque el cabezazo de Michel le da una ventaja de peso de cara a la revancha, que se disputará el próximo martes, en Brasil.
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