(DP) - Internos de la Unidad Penitenciaria Nº42 de Florencio Varela donaron juegos didácticos, que ellos mismos diseñaron y elaboraron, al Jardín Maternal Municipal de General Belgrano, al que asisten 90 niños de entre 45 días y 2 años.
La entrega se realizó en el marco del programa “Orientados a la reiserción”, en el que participan 70 personas privadas de la libertad, que sueñan con reinsertarse a la sociedad participando de este tipo de iniciativa.
Al respecto, el ministro de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, Gustavo Ferrari, resaltó que este tipo de acciones “son las que impulsa la gobernadora María Eugenia Vidal” al tiempo que recalcó que “cuando se logra unir el producto que pueda salir de la cárcel con un beneficio concreto para por ejemplo, una escuela, el trabajo de los internos adquiere más significación”.
La idea se transformó en realidad por la gestión de Gustavo Galván, un profesor de educación física que trabaja en la Unidad 42 y que vive en General Belgrano.
Jorge, uno de los internos, le preguntó a Galván si conocía algún jardín para donar juguetes diseñados en la cárcel y con esa consulta se inició este gesto.
En este marco, Melisa Truchet, la directora del Jardín Maternal “Emanuelle” de General Belgrano, formalizó el pedido en una nota y en dos semanas quedó todo listo.
Mauro, de 32 años, y oriundo de Claypole, es uno de los privados de libertad que coordinó las tareas en la carpintería.
“Mi papá trabaja en la fábrica Flamia, de Lomas de Zamora, y nos trae tacos de salina, y con esa madera hacemos de todo. En este caso, juegos didácticos”, relató.
Además, agregó que “casi todos los que estamos acá tenemos hijos y sabemos lo que es una sonrisa de un niño. Hicimos los juguetes como si fueran para nuestra familia. Tenemos la esperanza que van a ayudar a que puedan aprender a sumar con los aros”.
El lomense perfeccionó el oficio de carpintero en la cárcel y en ese aspecto reveló: “Algo sabía pero acá tomé cursos y otros detenidos me enseñaron. Ahora soy el encargado de capacitar a 21 internos. Además, tengo todo listo para que cuando salga poder trabajar de carpintero”.
Alan, de 28 años, de Florencio Varela, es el interno que coordinó las tareas en el taller de herrería. “Aprendimos a manipular hierros blandos y con varillas del 6 conformamos guías para que por ahí se muevan los aros de madera. Ojalá lo disfruten los chicos”, indicó.
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