(U24) - El domingo 10 de febrero comenzaron en Venezuela los ejercicios militares Bicentenario de Angostura 2019, que durarán cinco días. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, inauguró la práctica en presencia del ministro de Defensa, Vladimir Padrino López.
El Comandante Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), Remigio Ceballos, supervisó el funcionamiento del sistema de defensa antiaérea Iglá-S y el cañón automático antiaéreo ZU-23, ambos de fabricación rusa.
Maduro publicó varios vídeos en su cuenta de Twitter en los que aparecen los misiles Iglá-S. En uno de ellos, una militar incluso le explica las capacidades del arma. El líder bolivariano llega a tomar el lanzador con las manos.
“Vamos a invertir para que los soldados, militares y milicianos tengan el armamento más avanzado… Venezuela pondrá en manos de la milicia y de los soldados, desde el Iglá hasta los misiles más modernos...”, afirmó Maduro en uno de sus discursos, citado por RIA Novosti
La presencia de sistemas de misiles antiaéreos rusos Igla-S en Venezuela es motivo de preocupación para algunos desde hace tiempo. De hecho, la publicación, El Confidencial, llegó a afirmar que EE UU percibe las armas como la mayor amenaza militar de Venezuela.
Hace dos años los misiles rusos en Venezuela ya provocaron una fuerte polémica a nivel internacional. En medio de todo el cuadro de efervescencia que sufrió Caracas el Presidente Maduro administra los misiles Igla-S (última generación).
Estas armas son conocidas como sistema 9K310 Igla-1 y su misil 9M 313 datan de comienzo de los 80. incluyen un sistema de identificación de enemigos que previene de ataques aéreos mediante un compensador mejorado y super elevación que extiende el alcance contra blancos rápidos y maniobrables y además una cantidad adicional de combustible para que sirva de explosivo.
De acuerdo a Kolomna OKB, el Igla-1 tiene una Pk (letalidad) de 0.30 a 0.48 contra blancos no protegidos. En otro reporte del fabricante reclama un Pk de 0.59 contra blancos aproximándose y de 0.44 contra un caza F-4 Phantom II que no emplea contramedidas infrarrojas o medidas evasivas.
Aunque se mantienen algunas particularidades iniciales fueron cambiando con la aparición de nuevas tecnologías. Las versiones posteriores de los Igla-1 incluyeron mayor resistencia a las bengalas y a las contramedidas, un buscador más sensible, expandiendo su capacidad de enganche desde atrás para incluir orientadores de aproximación en ángulo estrecho, una autonomía ligeramente mayor, un impulso mayor, un cohete de ignición más corta con un pico de velocidad máxima mucho mayor y un propulsor que actúa como alto explosivo cuando detona como carga secundaria en el impacto.
Hoy respecto a su predecesor, el Igla-S, posee un alcance mejorado de hasta 6 km, capacidad de disparo nocturno, una cabeza de combate mayor y un nuevo infrarrojo que es capaz de discriminar diferentes fuentes de calor.
Otra característica es la capacidad alcanzar todo tipo de objetivos aéreos, incluyendo misiles cruceros subsónicos y aeronaves no tripuladas entre 10 hasta 3.500 m de altitud.
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