ECONOMÍA / VARIOS FRENTES
(U24) - La caída de las tenencias del Banco Central en los últimos días fue récord. Entre el desplome de los bonos, a raíz de la huida de fondos del país, que forzó al Tesoro a pagar ayer US$2.615 millones para cancelar por adelantado un contrato de recompra (Repo) que había sido acordado con bancos internacionales para robustecer las reservas internacionales, las ventas de divisas para contener el tipo de cambio y los retiros de depósitos en moneda extranjera, la corrida ya se llevó US$8.509 millones en lo que va de agosto, que va camino a ser el mes récord en salida de dólares del Central.
La cancelación anticipada del Repo se debió a la caída de entre 30% y 40% en la cotización de los bonos soberanos argentinos que funcionaban como garantía del préstamo. Tal como explica hoy el diario 'BAE', "en este tipo de operaciones, el Tesoro emite títulos de deuda bajo el compromiso de recomprarlos una vez terminado el acuerdo.
Como el valor de los papeles cayó por debajo del piso establecido en el contrato para funcionar como garantía, se gatilló una cláusula que obligaba al Gobierno a emitir más bonos a las tasas superiores al 60% que fija hoy el mercado para los activos nacionales o abonar el compromiso en efectivo y cerrar la transacción.
Quien apeló a la cláusula para recibir el dinero prestado fue un consorcio de bancos privados que, si bien el Tesoro no confirmó su composición, estaría integrado por Santander, HSBC, BBVA, Nomura, Citi y Credit Suisse.
Con este pago, Argentina redujo su deuda pública en US$12.810 millones al cancelar US$5.948 millones del Bonar 2024, US$4.019 millones del Bonar 2025 y US$2.842 millones del Bonar 2037.
Esta operación encendió las alarmas tanto en el Gobierno como en el Frente de Todos ya que aceleró el derrumbe de las reservas, un activo clave para intervenir en el mercado cambiario".
Además, preocupan por estas horas también los depósitos privados nominados en dólares: los llamados "argendólares".
En solo dos días tras las primarias, éstos cayeron US$733 millones. Y al día 13 el stock total bajó a US$31.770 millones.
La razón, según se extendió 'Ambito Financiero', es el temor a que se aceleren los tiempos del esperado proceso de dolarización preelectoral y de fuga de capitales.
Al respecto, ayer el Institute of International Finance (IIF) difundió un reporte sobre "los flujos de capital y las elecciones argentinas" en el que señaló que "en tiempos normales las salidas (de capitales) de los residentes en Argentina no son inusualmente grandes para los estándares entre emergentes.
Pero advierte que "en este momento, las salidas son grandes en relación con las elecciones pasadas, en parte porque las conmociones del año pasado fueron severas. Y si bien las salidas no se acercan a las observadas después del default y la devaluación de 2001, el riesgo de grandes drenajes de reservas seguirá, lo que aumenta la probabilidad de que la Argentina necesite fondos adicionales del FMI".
El IIF alerta que lo que hace que la situación actual sea diferente es que Argentina se acerca a los primeros meses de una nueva administración con fondos disponibles relativamente limitados del FMI, ya que el programa se anticipó para lidiar con el estrés financiero de 2018. En este contexto, el riesgo de déficit de financiación externa en los próximos meses es significativo".
Volviendo a los depósitos locales en pesos, son relevantes para el devenir del mercado cambiario, pero los que ya están dolarizados vía argendólares, pueden, quizás como ya se vio en varios episodios históricos, decidir retirar esos fondos de los bancos. Y ello no es menor, ya que estos depósitos están directamente ligados con las reservas líquidas del BCRA.
Algunos bancos han reaccionado en los últimos días subiendo fuerte las tasas de los argendólares, según 'Ambito', pero la realidad cuenta que a la mayoría de estos ahorristas no le atrae ningún rendimiento, menos en semejante situación.
De ahí que el mayor temor pasa por el hecho de que resurja por ejemplo algún corralón o restricción sobre la disponibilidad de esos depósitos...
Por otra parte, la sangría de reservas aumenta los temores de default de los fondos golondrina, que escapan del país al dudar de la disponibilidad de dólares para pagarle a los acreedores.
Ello impulsó a Hacienda a mandar nuevas señales de refuerzo al ajuste fiscal para intentar garantizar el próximo desembolso del FMI.
El 31 de julio las arcas del BCRA tenían US$67.899 millones. Los retiros de depósitos en dólares de los bancos, las ventas de divisas por cuenta propia y por orden del Tesoro y los pagos de vencimientos hicieron que en apenas 13 días hábiles caigan a US$59.390 millones.
Se trata de la mayor baja de la historia. Incluso superior a los anteriores meses de corrida y enero de 2006 cuando luego de la cancelación de la deuda con el Fondo se perdieron US$8.388 millones.
El analista financiero Christian Buteler proyectó que, por las subastas a cuenta de Hacienda, las ventas para frenar el dólar y otros factores, "este mes podemos terminar perdiendo más de US$10.000 millones".
De momento, en apenas un mes, se quemó todo el último desembolso del FMI de US$5.382 millones más el 75% del próximo, que llegaría en septiembre por un monto similar.
A la par las expectativas de una reestructuración de la deuda se dispararon tras la victoria primaria de Alberto Fernández, y el mercado debate si habrá o no una quita importante.
Según Adrián Yarde Buller, economista Jefe de Grupo SBS consultado por el diario 'El Cronista', Argentina perdió el acceso al mercado de capitales y está en dudas la sostenibilidad de la deuda, por lo que el FMI probablemente demandará una reestructuración antes de habilitarla continuidad del financiamiento.
"No se sabe cuándo se dará esa discusión, pero creemos que primero habría que escucharlas propuestas de la oposición para ver si realmente estamos en un escenario tan disruptivo como descuenta el mercado o todavía es posible recuperar la confianza", afirmó.
Pero la clave en las próximas discusiones sobre la reestructuración pasará por determinar si la misma implicará quitas de capital elevada (cercanas al 70% o 75%) o más moderada, menor al 45% o 40%.
Jose Echague, jefe estratega de Consultatio entiende que Argentina no puede ir a un canje demasiado agresivo que lo deje al borde del default: el canje tiene que ser voluntario.
"La razón fundamental es que la estructura de la deuda es muy rígida. La deuda con el sector privado en moneda extranjera representa tan solo un 30% del total (25% del PBI), con lo cual una quita demasiado agresiva que acabe en un default no mejoraría signicativamente los ratios de solvencia.
La deuda intra-sector público y con organismos que, según entendemos no sería elegible a la hora de hacer una quita de capital, suma un 60% del total (casi 50% del PBI). Un canje con una quita muy agresiva de la deuda intra-sector público no tendría sentido ya que acabaría perjudicando fuertemente el sistema previsional y el patrimonio del BCRA", dijo Echague.
Desde Consultatio señalaron también en su informe que, a modo anecdótico, de las últimas 10 experiencias de restructuración en el mundo, 4 de ellas se llevaron a cabo sin necesidad de una quita en el capital. Asimismo, muchas de las cuales sí tuvieron quitas, éstas fueron mínimas cuando se las mide bien (en términos de valor presente neto).
Pero la historia crediticia argentina no favorece a la actualidad del país a la hora de tratar de proyectar como podría resolverse la problemática económica y financiera local.
"La reestructuración de 2005 que fue muy agresiva en términos de valor presente, lo que generó muchos holdouts, lo que terminó en juicios ganados por bonistas y en el que hubo que cancelar el valor total. De esta manera, habrá que ver si estamos de frente a una quita y si la misma será o no muy agresivo respecto del valor presente y cuantos holdouts quedarán afuera", sostuvo un operador de bonos de un banco local al mencionado matutino.
Mirando hacia adelante, el operador del banco señala que, "si se piensa en un default, los bonos aún pueden caer un 40% más. Ahora bien, si estamos de frente a lo que ocurrió en 2009, probablemente tengamos bonos cortos que no tengan mucho más potencial de baja", comentó.
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