CRISIS EN EL PJ DE LA PAMPA
Marín K contra Verna: "Nunca vi tanta irresponsabilidad"
Rubén Marín, hoy un aliado de Cristina Fernández, acusó al peronismo pampeano "de hacer todo para perder" los próximos comicios. Rival doméstico de Carlos Verna, exigió para Norma Durango la candidatura a gobernadora, a lo que se opone la lista interna Plural, la mayoritaria en el PJ pampeano y que responde a Verna.
"El presidente del PJ, Rubén Marín, dijo que "nunca" vio "tanta irresponsabilidad" como la renuncia a la candidatura a la gobernación de Carlos Verna. Dijo que, a su criterio, la cabeza de fórmula ahora debe ser Norma Durango.
"Nunca vi tanta irresponsabilidad. Yo me enteré el lunes", manifestó en declaraciones a radio Noticias. "Acá hay un cambio para el país para bien, habrá razones de la presidenta para tomar definiciones en algunos aspectos y que ya lo hizo en otros lugares a algunos les gustará a otros menos".
Marín expresó que Verna, eventualmente, debería haber avisado antes de la renuncia. Y cuestionó a los dirigentes de la Plural. "La primera que hacen es rosca. Yo pienso, el sentido común político, racional, es que la vicegobernadora ocupe el cargo. Esto sería lo racional para dar una imagen a la sociedad. Pero los muchachos no les preocupa el resultado, están peleando para ver cómo ocupan cargos. Y así se pagan costos".
El ex gobernador dijo que el peronismo está haciendo "todo para perder" los comicios.
"Los muchachos están haciendo todo para perder. Ya regalamos la capital en actitudes mezquinas, habiendo tomado la actitud que se tomó sin tener un candidato oficialista", dijo.
Dijo que evalúa renunciar. "Ya estoy saturado. Como conozco el paño, no quiero que se me tire la responsabilidad", manifestó. "Si siguen las torpezas, que alguno se haga cargo. Que le respondan a la sociedad y al peronismo", agregó.
La puja interna por estas horas en el peronismo pampeano es muy grande. Básicamente, porque los de Rubén Marín quieren ubicar como candidata a gobernadora a Norma Durango, quien era candidata a vicegobernadora antes que Carlos Verna renunciara a participar. Pero la lista Plural, que responde a Verna, reclama que Luis Campo, quien es el vicegobernador en ejercicio, sea el candidato a gobernador, lo que supone una reivindicación luego de que Carlos Zannini y, probablemente, Cristina Fernández, lo eliminaran de la lista de candidatos a diputados nacionales, para que ocupara su lugar una militante de La Cámpora.
Plural afirma que si no es Campo, debería continuar, reelecto, el actual gobernador Oscar Mario Jorge.
Coincidiendo con Rubén Marín, en el mismo Diario Textual se publicó, con firma de Luis Díaz (Todo es Política), una durísima crítica contra Verna:
Plural afirma que si no es Campo, debería continuar, reelecto, el actual gobernador Oscar Mario Jorge.
Coincidiendo con Rubén Marín, en el mismo Diario Textual se publicó, con firma de Luis Díaz (Todo es Política), una durísima crítica contra Verna:
"(...) Verna es un político experimentado. Fue ministro, intendente, senador, gobernador. Desde 1983 es un activo dirigente, bajó y subió pulgares, armó su propio grupo de confianza, fue de Convergencia, sin evitar zancadillas y agachadas en la eterna interna con Marín, sonríe ante las fotos circunstanciales, fue menemista, duhaldista y ahora, supuestamente, cristinista. En realidad, Verna siempre fue vernista, ultravernista.
Verna no desconoce que buena parte de la construcción del poder pasa por las negociaciones. El papel de víctima distraída que pretende expresar en estas horas (un supuesto viaje familiar a Salta le impidió reunirse con Cristina Fernández) es por lo menos una tomada de pelo a la inteligencia de los pampeanos. Y si esa razón es cierta, para no reunirse con la presidenta, su acto es de una irresponsabilidad imperdonable.
Verna negoció con los representantes de Cristina Fernández. En todo caso, le fue mal. No supo, o no quiso reconocer, la cancha política en la que estaba jugando. Creyó que podía jugar al hecho consumado (imponer a Luis Campo) frente al apuro del reloj, y que a la presidenta no le quedaría otra que aceptar. Supuso que él podía y que Cristina Fernández no podía tanto. Y el tiro le salió por la culata.
Verna renunció el sábado 26 de junio. Pero todos, incluida su coequiper Norma Durango, se enteraron por los medios el lunes 4 de julio. Nueve días es mucho tiempo. Demasiado. Verna, con esta jugada, buscó provocar daño, el mayor posible, como una bomba tipo racimo:
> a Cristina Fernández (acusándola de ser responsable de su renuncia),
> a Rubén Marín (dejándole todo el fardo),
> al PJ (generándole una crisis partidaria de proporciones inéditas),
> a la provincia de La Pampa (buscando que se deteriore la relación institucional con Nación).
Y así a muchos más.
> a Cristina Fernández (acusándola de ser responsable de su renuncia),
> a Rubén Marín (dejándole todo el fardo),
> al PJ (generándole una crisis partidaria de proporciones inéditas),
> a la provincia de La Pampa (buscando que se deteriore la relación institucional con Nación).
Y así a muchos más.
Verna, paradojalmente, pícaramente, juega con la idea de quedar como víctima de la situación y, más patético aún, con un perfil de responsabilidad institucional frente a los ciudadanos. Verna sostiene que no puede gobernar sin el "acuerdo de gobernabilidad". Es decir, "si Nación me va a poner palos en la rueda, me voy". Sin embargo, se queda como senador. ¿Para qué? Si ese espacio es la representación del Estado Provincial. ¿Qué rol piensa jugar? ¿A favor y en contra de quién?
Verna, en su especuladora proyección, íntima, personal, puede llegar a soñar con una especie de operativo clamor. Si es así, su renuncia no es santa ni gratuita. Es cierto que la dinámica de la política suele deparar sorpresas, pero una primera sensación indica como más factible que (muchos) le pasen factura antes de que le pidan que vuelva."
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