AGENCIA / FÚTBOL
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Quilmes está atravesando por un muy buen momento futbolístico desde la llegada a la dirección técnica de Facundo Sava en el que lleva nueve partidos sin derrotas, siete victorias y dos empates.
Y justo en la semana en la que se resolvió la vuelta gradual de los hinchas visitantes a la canchas, los barras bravas volvieron a mostrar su cara más perversa en la mañana de este miércoles (30/09) cuando una facción le reclamó entradas a la dirigencia cervecera con pintadas amenazantes en las puertas del estadio en las que prometían “no hay entradas, hay balas”.
Sin embargo, luego de la aparición de las pintadas con aerosol ningún dirigente salió a hacer declaraciones al respecto.
En Quilmes, club presidido por el jefe de gabinete de la nación Aníbal Fernández, se encuentran enfrentados dos grupos de violentos que pugnan por el control de la tribuna y negocios varios: “Banda de Ramiro” y “Los Álamos”.
Como resultado de la fuerte interna que existe en éstos dos grupos de vándalos el hijo de uno de los líderes barras fue hallado muerto en una camioneta, con tres disparos. Se trató de Diego Becerra, hijo de Osvaldo "Dedo" Becerra, quién fue asesinado por otros dos individuos que iban en una moto.
El barra brava asesinado pertenecía a la facción de “Los Alamos”, liderada por su padre, y los autores del hecho estaban vinculados a la facción “El Monte”, liderada por Ramiro Bustamante, quien se encuentra preso en el penal de Magdalena.
Este episodio violento de la barra de Quilmes se remonta a lo ocurrido el lunes 29 de abril de 2014 cuando en un enfrentamiento entre estas dos facciones de la barra cervecera terminó con seis heridos de bala.
En ese momento, la gente de “Los Alamos”, que está manejada por los hermanos Becerra, fueron acusados de ser hinchas de River. Ellos tienen el apoyo de una parte del peronismo quilmeño. La barra oficial, “El Monte”, con Bustamante al frente, cuenta con el aval del club, de Jorge “Kencho” Trejo (ex director de Higiene Urbana) y de Ángel García, dirigente del club y de la Agrupación Jauretche.
El martes 11 de marzo de 2014, en la previa del partido ante All Boys, las dos líneas de la barra brava de Quilmes protagonizaron un violento enfrentamiento en la tribuna del estadio Centenario. El motivo: un grupo copó el sector de las gradas donde se ubica la barra con el objetivo de recuperar su poder allí y todo terminó en otro episodio violento.
La interna en el “Cervecero” es la guerra de dos familias. Entre “Los Bustamante” y “Los Becerra” hay varios episodios de violencia en los últimos tiempos. El lunes 10 de marzo de 2014 se produjo uno de ellos en el momento en el que Mario, el hijo de “Dedo”, se instaló en la tribuna para recuperar el poder perdido por su padre y fue atacado por sus enemigos para que eso no suceda.
El 24 de abril, un grupo de hombres llegó con armas y facas a un lavadero, propiedad de Becerra, para exigirle a “Dedo” el control de los puestos de indumentaria del club de la localidad del Sur. Los puestas de venta de comida y ropa que están en el estadio y sus inmediaciones ya pasaron a manos de Bustamante.
En junio de 2012 tirotearon la casa de Ramiro Bustamante, y su gente acusó en conferencia de prensa en el estadio "Cervecero" al entonces jefe de gabinete, Juan Manuel Abal Medina, de estar detrás del ataque.
Becerra es el antiguo líder de la tribuna y en 2006 fue involucrado en un violento enfrentamiento entre dos sectores de la Uocra en el que murió apuñalada una persona.
"Dedo" era un hombre cercano al ex intendente local Sergio Villordo –hoy en el Frente Renovador- y con lazos con el Frente para la Victoria (FPV).
En octubre de 2012, su facción interrumpió en el estadio Centenario durante un encuentro de un partido de Reserva con autorización del club para pasear el ataúd de un hincha.
El estadio "Centenario" José Luis Meiszner de la ciudad de Quilmes fue el sitio elegido para el grupo "Los Álamos" para llevar a cabo el velorio de José María Fernández, de 15 años, tocayo e hijo del ex líder de la Barrabrava del elenco del Sur de la Provincia de Buenos Aires. Lo más irritante es que se desarrolló mientras el local jugaba contra Unión por la división Reserva.
Esta facción caracterizada de la hinchada del "Cervecero" perdió el liderazgo de la popular en 2010, aunque hoy en día sigue pugnando para volver a recobrar la fuerza mayor en dicho espacio. Con autorización del club y hasta disparando al aire, unas 200 personas ingresaron a la tribuna Omar “Indio” Gómez para pasear el cajón del simpatizante fallecido tras colisionar de frente con un patrullero que lo perseguía por cometer un robo a una pareja en la misma localidad.
También obligaron al árbitro Sebastián Habib a detener el cotejo correspondiente y amagar con suspenderlo, aunque finalmente eso no sucedió porque los simpatizantes, cinco minutos después, decidieron abandonar las instalaciones luego de realizar su cometido tal como lo habían planeado.
Algo similar había pasado a principio de ese 2012, cuando el otro hijo del anterior jefe de la hinchada (Moisés) había muerto como consecuencia de un enfrentamiento con un policía de civil. Pero aquella vez, el cajón había sido ingresado a la fuerza al club.
Las internas entre los barras cerveceros tuvieron sus réplicas en una fuerte disputa que mantuvieron el miércoles 12/03/2014 el intendente de Quilmes, Francisco “Barba” Gutiérrez y Aníbal Fernández, según informó en ese entonces el sitio La Política On Line que dio a conocer que la semana previa a ese enfrentamiento ambos dirigentes habían llegado a un acuerdo para no complicar la gobernabilidad en el Concejo Deliberante.
Pero, a fin de evitar quedar relacionado con la violencia en el fútbol, Gutiérrez prefirió diferenciarse de Aníbal.
En ese momento, el intendente pidió que la Justicia haga las investigaciones y clausure las instalaciones del centenario club y lanzó que “ahora corresponde a la Fiscalía y a los jueces investigar y castigar a los responsables, porque hay que terminar con este tipo de delitos que ocurren en los espectáculos públicos.
Entendemos que la situación que ocurrió en el estadio de Quilmes no puede seguir como si nada hubiera pasado, se deberá clausurar e investigar qué pasó”.
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