Era un papelón pero la gobernadora María Eugenia Vidal ha decidido revisar una designación polémica. Ella suspendió la designación de César Albarracín como fiscal adjunto ante el Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires.
Albarracín era subsecretario de Política Criminal, con jefatura directa sobre el Servicio Penitenciario Bonaerense al momento de la fuga de los condenados por el triple crimen de General Rodríguez.
Albarracín es un aliado de la Procuradora General, María del Carmen Falbo, y un 'hijo político' del ex ministro de Justicia, Ricardo Casal, ex integrante del Servicio Penitenciario.
El ex gobernador Daniel Scioli firmó el decreto para que Albarracín quedara como Fiscal Adjunto ante el Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires, algo que él decidió no concretar en 2011 para permanecer junto a Casal en la cartera de Justicia.
Ahora Vidal decidió anular esa designación. El artículo 1 del decreto de suspensión afirma que esa medida queda vigente “hasta tanto se deslinde su responsabilidad administrativa y/o penal en el marco de las actuaciones de referencia".
A fines de diciembre 2015, la confirmación de César Albarracín al frente de la subsecretaría de Politica Criminal de la Provincia de Buenos Aires recibió las críticas de organizaciones pro Derechos Humanos.
Por ejemplo, la Comisión Provincial por la Memoria protestó aunque, obviamente, que ganara Cambiemos era peor... y luego se llamó a silencio.
Curiosamente, ganó Vidal pero la Comisión Provincial por la Memoria le pidió a Vidal que revisara la designación de Albarracín, firmada por Daniel Scioli.
"La Comisión Provincial por la Memoria junto al CELS, el CEPI, FOJUDE, AJUS La Plata, la Defensoría de Casación y funcionarios judiciales presentó una petición a la Gobernadora María Eugenia Vidal para que anule el Decreto del Poder Ejecutivo que designa al Dr. César Albarracín como fiscal de casación adjunto", sostuvo un comunicado.
Vidal firmó un decreto que anuló la designación de Scioli. Era muy obvio que Vidal debía concretar esa acción. Sorprende que haya demorado tanto.
¿Y con Florencia Piermarini? Vidal debería resultar menos crédula sobre la amalgama que se propone con resabios del sciolismo.
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