HORACIO SALGÁN |
Horacio Salgán, uno de los músicos argentinos que despertó mayor admiración en el mundo, falleció a los cien años en el Sanatorio Güemes de la Capital Federal en un año cargado de homenajes a su figura, acaso por ser quien desarrolló el lenguaje del tango hasta alcanzar su expresión estética más depurada.
Sus restos son velados desde las 18 en avenida Córdoba 3677 (Casa Napolitano) y serán inhumados mañana a las 11 en el panteón de Sadaic del cementerio de Chacarita.
"Su dimensión como artista es universal, no tiene comparación", dijo a Télam el bandoneonista Raúl Garello, de 80 años.
Andrés Linetzky, de 41, pianista y ex alumno de Salgán, aseguró que expresa "el mayor estadío evolutivo" de la música de Buenos Aires.
Horacio Adolfo Salgán nació en 1916 cerca del Mercado del Abasto. Su padre, músico intuitivo, tocaba el piano y la guitarra y él comenzó a estudiar a los 6.
Desarrolló una trayectoria que lo destacó como pianista, arreglador, compositor y director de orquesta. Admirado, como pocos, por tradicionalistas y renovadores.
"Fue el músico que más aportes técnicos le brindó al género tango como, por ejemplo, el compromiso asumido en pos de una escritura musical correcta; su profundización en la orquestación; los aportes rítmicos en el desarrollo del acompañamiento tanguero; la ampliación de la base rítmica de la orquesta típica sumando a esta formación la guitarra y el clarinete bajo; el desarrollo de un pianismo característico y admirado por los mejores del mundo; el trabajo artesanal de la armonía conducido por uno de los mejores oídos armónicos del tango; el dinamismo característico de su estilo generando cambios constantes en la textura proponiendo una escucha compleja; y por último, los entramados textuales de una mayor complejidad en comparación a todo lo que se venía trabajando anteriormente en el género", apuntó Agustín Guerrero, uno de los pianistas más respetados del tango contemporáneo. (Télam)
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