COMPETENCIA / RIO 2016
Con Usain Bolt siempre queda la sensación de que él ha terminado regulando. Ese 09.81 que consiguió podría haberlo mejorado si sus rivales le hubieran exigido más, sin duda. Porque Bolt hubiese ganado en cualquier caso, eso no se duda. Pero siempre superando al rival por lo necesario.
La clave está en la velocidad punta, pero más aún en la manera de mantener ese ritmo. Los sprinters, una vez llegado cierto punto de la carrera, ya no son capaces de acelerar. Las piernas han dado todo lo que podían dar y ya solo se espera perder lo menos posible en lo que les falta de recorrido.
Pero Bolt es capaz de correr unos cuantos metros más sin ese límite. Es ese momento en el que el mundo se asombra, cuando ve que el resto se empieza a crispar y él, como si no costase, se mantiene volando sobre la pista.
Bolt, en las semifinales, se señaló el nombre, se posó en los tacos y, de pronto, el disparo resonó por una salida falsa. En el siguiente, saltó de los tacos más tarde que la mayoría, para dominar la prueba antes de lo previsto: 9.86.
Con su tren arrastró al canadiense Andre de Grasse hasta los 9.92. Gatlin lo observó mientras calentaba, y dominó su semifinal con 9.94, 8 centésimas más que Bolt y se fue al túnel sin dejar de correr.
Algo más de una hora después, de miradas esquivas en la pista de calentamiento, se enfrentaron. Las fibras de los 'sprinters', como un tejido estirado hasta el extremo, necesitan de preparación, porque el músculo de los más rápidos es también el más frágil.
En la salida, Bolt siempre sufre desventajas, también en Río, debido a su altura (1,95). En sus inicios era un corredor de 200 metros, prueba en la que participó en las series de Atenas, con 17 años. Su 1,95 y su estructura lo convertían, incluso, en un geotipo muy indicado para los 400 metros, pero Bolt probó con los 100, trabajando mucho con su entrenador Glenn Mills.
A mediados de 2008, los resultados fueron sorprendentes.
Así marcó 9.69, y el mundo lo conoció cuando ganó el oro en Beijing. Pero su físico no es el típico de los 100 metros y requiere de muchísimo trabajo, en especial para compensar la salida, que siempre lo encuentra en menores condiciones que sus rivales, básicamente por un problema de altura.
Bolt llegó a Río luego de problemas por lesiones que le impedían tomar riesgos, en especial en el gran esfuerzo del inicio de los 100 metros. Por ese motivo no fue una sorpresa que, en el inicio, comenzara por detrás de Gatlin, un 'sprinter' más uniforme, que resistió más tiempo del habitual, y cuya resistencia fue meritoria aunque inútil, en una carrera con ligero viento a favor (0,2 metro por segundo) y donde 6 hombres bajaron de los 10 segundos.
Es importante repetirlo: Bolt llegó a los Juegos sin haber competido en una carrera de 100 metros desde el 30/06, cuando decidió retirarse de los campeonatos de Jamaica por un problema muscular en la pierna izquierda. La rehabilitación comenzó de inmediato. Pero saltaron todas las alarmas. Se hablaba que llegó a Río pero no era segura su participación.
Sin embargo, no dio muestras de tener ningún problema, aunque estuvo lejos de ser el Bolt de sus mejores actuaciones.
Tras una mala salida, tal como es habitual en él, tuvo que remontar, pero terminó adelantando a Gatlin cuando faltaban 30 metros.
"No fui muy rápido, pero estoy muy feliz de haber ganado. Les dije que iba a hacerlo", fue su comentario a los reporteros.
Cuando cruza la meta, Bolt mira a su izquierda.
De reojo observa el marcador, aunque él bien sabe sin mirar el cronómetro que la marca esta vez no es fascinante. Pero también que es otra vez campeón olímpico, él no baraja una opción que no sea el oro. Luego de ambas formalidades vuelve el show. La bandera de Jamaica que cae desde la grada para que de la vuelta. Hasta ese momento, desde la salida 100 metros atrás, han transcurrido apenas 20 segundos.
Nada pero es increíble: su esfuerzo, la multitud alentando, el estallido del triunfo, el frenesí. Todos satisfechos y la adrenalina cabalgando sonriente inicia 10 minutos de recorrido de toda la pista: todos quieren saludar al campeón.
Bolt demostró su técnica y ganó, 3 títulos olímpicos consecutivos, con un físico típico de los años '80 u '90 para esta categoría (Carl Lewis o Calvin Smith) aunque Usain es más alto, y así el destrozo de la aerodinamia es más significativo.
Todavía le restan carreras por disputar, pero sus 3 títulos consecutivos en 100 es algo que nadie había conseguido.
Fue su gloriosa despedida. El 'sprint' olímpico se queda huérfano, pero jamás lo estará en la memoria de quienes vieron correr a Bolt. Todavía puede ampliar su leyenda en Río con la triple corona consecutiva en los 200 metros y el relevo 4x100.
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