AGROBUSINESS / COSECHA DE SOJA SALVADORA O SÍNDROME DE 125
(U24) - “Lo he hablado con Mauricio Macri: las retenciones no se tocan”, aseguró la diputada nacional Elisa “Lilita” Carrió en la sede de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en respuesta a la consulta por los rumores que volvieron en los últimos días, que indicaban que podría frenarse la rebaja gradual de los derechos de exportación de la soja.
Expectantes, sobre todo los productores del centro y sur de Santa Fe están en estos momentos evaluando extender las áreas de siembra y sumar más lotes.
La Guía Estratégica para el Agro de la entidad comercializadora determina que “este año la región podría terminar incorporando 250 mil hectáreas a las 1,1 M de ha del año pasado”.
El informe advierte que se está ante una gran oportunidad, ya que “los suelos están cargados de agua y la necesidad por hacerse de recursos para la próxima gruesa apremia”.
En ese sentido, precisa que “el precio tienta, se suman nuevos lotes a la superficie estimada, y se reforzará más la fertilización. La región podría implantar 1,35 M de ha y superar por un 1 M de Tn su último ciclo productivo”.
En la campaña última, la sequía primero y la concentración de agua de golpe afectaron los resultados de las cosechas de soja y maíz, lo cual provocó un duro quebranto a los productores afect ados, diezmó la entrada de divisas para el país y le rebanó 1 punto y medio al PBI, de acuerdo con los cálculos del ministro de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne.
CUITAS ACEITERAS
Los aceiteros tuvieron que abastecerse con oleaginosas importadas para que las plantas pudieran seguir funcionando a pesar de la escasez de provisión local.
Sin embargo, las perspectivas se modificaron drásticamente con el trigo e irradian optimismo para la soja, al punto que se empezaron a hacer cuentas en torno de una cosecha récord el año que viene, que encendió algunas luces de esperanza no sólo en el sector, sino en la macroeconomía del país.
Con la resolución 125 aún en la memoria del colectivo regional, tras la devaluación y las prioridades fiscalistas que introduce la supervisión del Fondo Monetario Internacional a la economía nacional, el fantasma de las retenciones les tiró un ratón a los hombres del campo, que en el caso de la soja aún comparten con el Estado más del 60% de la renta con las retenciones así como están.
Voceros de la Cámara de Industriales Aceiteros de la República Argentina (CIARA) son tajantes en ese aspecto: "Para que haya una cosecha salvadora es necesario mantener el esquema de rebaja de retenciones a la soja (se prevé que la próxima cosecha será récord histórico, cerca de 140 millones de toneladas, si no hay contratiempos con el clima)”, sostienen.
Y advierten que “cancelar la rebaja programada de retenciones también cancelaría la posibilidad de alcanzar ese récord, con importantes ingresos de divisas”.
Peor aún: recuerda que una eventual postergación de la rebaja en las retenciones comprometida “no produciría, como calculó la Bolsa de Comercio de Rosario, el ingreso fiscal con que se ilusionan sus promotores, porque al reducirse la producción, también se encogería, simultáneamente, la recaudación tributaria de otros impuestos clave (ganancias, ingresos brutos, IVA, etcétera)”.
Concluyen en que si se decidiera suspender la rebaja de retenciones, además de generar una eventual caída del precio de la soja o en los derivados industriales (como la harina proteica de soja, que es el principal producto de exportación del país), el resultado sería un fiasco fiscal.
Asimismo, la exportación de biodiesel ante el cierre del mercado estadounidense, el aumento en los derechos de exportación y los problemas para vender a Europa preocupan a los empresarios de los sectores agroindustrial y biotecnológico del complejo sojero y así se lo expusieron la semana pasada a la diputada Carrió en la Bolsa de Comercio de Rosario.
“Se le sugirió que, para no afectar el nivel de actividad y empleo de la industria de biodiesel, se gestionara ante las autoridades nacionales del área un aumento en el consumo interno a través de dos medidas principales: elevar el corte obligatorio del 10% al 15% (posteriormente se podría avanzar hasta el 20%), e intensificar el uso de biodiesel en los equipos de transporte, de generación eléctrica existentes y en otros segmentos de consumo de gasoil mineral – sea de manera voluntaria o por vía de un aumento del mandato respectivo”, detalló la entidad presidida por Alberto Padoán.
En la denominada Chicago argentina, ya se dio un paso en esa dirección, al suscribir con las empresas locales de transporte de pasajeros el uso de un mayor porcentaje de corte al gasoil.
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