SOCIEDAD / INSEGURIDAD
(TN) - Estaba anocheciendo cuando un policía de consigna en la zona de Güemes y Agüero, en Recoleta, vio pasar corriendo a una adolescente de 16 años. Le llamó la atención porque iba vestida con uniforme escolar pero descalza, por eso la interceptó.
La chica estaba en estado de shock y, como pudo, le explicó que la habían raptado y violado a la salida del colegio.
Todo empezó el martes al mediodía, en la previa del partido de la Selección contra Nigeria.
La víctima dijo que salió del colegio San Miguel y al llegar al cruce de Charcas y Ecuador la subieron por la fuerza a un auto, la drogaron y la llevaron a un departamento donde abusaron de ella.
La pesadilla de la adolescente se extendió durante horas hasta que, en un descuido de sus captores que habían salido a comprar comida, una vecina la ayudó a escaparse.
Todavía medio sedada y desorientada, corrió varias cuadras hasta que la encontró el policía. Un rato antes sus padres ya se habían presentado en la comisaría 19° para denunciar su desaparición.
Esa misma noche fue trasladada al hospital Alemán y quedó internada en observación hasta el miércoles, cuando fue dada de alta.
Si bien los estudios médicos no revelaron signos de lesiones ni secreciones, se le tomaron muestras de sangre y orina para confirmar si había algún tipo de tóxico.
La investigación quedó en manos del fiscal Andrés Madrea, quien abrió una causa bajo la carátula de "delito contra la integridad sexual" y ordenó analizar las cámaras de seguridad de la zona para identificar a los atacantes.
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