(U24) - En Cambiemos no se cierra la grieta que se abrió por el debate parlamentario del aborto. Para complicar aún más las cosas, la vicepresidenta Gabriela Michetti dijo ayer que “no hubiese permitido" el aborto en casos de violación como establece el Código Penal.
La afirmación generó la reacción de los legisladores de su propio espacio que, a través de las redes sociales, salieron a contestarle aunque sin mencionarla explícitamente para disimular la interna que está sufriendo la alianza gobernante en el Congreso y que en varios casos llegó hasta el terreno personal.
Tanto, que desde que se le dio media sanción a la interrupción voluntario del embarazo (IVE) se intenta hacer alguna cena o asado de reconciliación, que no logra concretarse. Más allá de la bronca de los militantes del aborto con Michetti, a esos parlamentarios les preocupa que el Senado modifique la ley de IVE, lo que obligaría a que el proyecto regrese a la cámara de origen, se demoren los tiempos y hasta se caiga el ‘corazón’ de la norma.
Técnicamente, si el Senado logra modificar la media sanción de Diputados, se debe tomar registro del resultado final de la votación. Si la Cámara baja quiere insistir en su redacción original debe hacerlo con la misma modalidad de aprobación que la otra ala (es decir, mayoría absoluta o dos tercios, según cómo se haya votado en la Cámara alta).
Si el Senado modifica el texto del proyecto, se demorarían más los tiempos. La iniciativa tendría que ser girada de nuevo a Diputados, empezar el camino de las comisiones donde necesita tener despacho para volver al recinto y ahí buscar los votos otra vez.
Pero el problema para los que impulsan la despenalización es volver a juntar esa ajustada y compleja mayoría que aprobó el aborto legal. Cabe recordar que la media sanción se logró a último momento y con el cambio de postura de diputados que no responden a Cambiemos o a los que no tienen llegada quienes trabajaron por la despenalización, como los legisladores de La Pampa.
El sector que se denomina ‘pro vida’, esta vez cambió la estrategia y, -al revés de lo que ocurrió en Diputados- fueron más flexibles a la hora de negociar votos. En el debate en la Cámara baja sólo se opusieron a cualquier cambio en la ley y permitieron que el sector que trabaja para la despenalización convenciera a los indecisos con modificaciones al proyecto original.
Ahora todo ocurre al revés. Quienes están por la legalización no permiten cambios en lo sancionado por Diputados y quienes rechazan el aborto entendieron que el sólo rechazo los haría perder y captan indecisos ofreciendo modificaciones o proyectos alternativos.
Esta estrategia estaría dándole la ventaja a los ‘pro vida’ en la votación del 8 de agosto. Si bien nada es definitivo en el caso del aborto, como ocurrió en Diputados con los que se dieron vuelta a último momento, el panorama de empate de días atrás ahora mutó a una ventaja de casi 10 votos si se suman los que están en contra de la despenalización y los que piden cambios al proyecto.
Del otro sector, se mantienen los 27 que votan a favor de la media sanción de Diputados y el número de indecisos baja a nueve. Con estos números, y si los indecisos votaran a favor, habría un empate que definiría Michetti por la negativa, como ya adelantó días atrás.
Entonces, si se tratara hoy, el proyecto de despenalización del aborto sería modificado en el recinto. Y los ‘pro vida’ pretenden más. Incluso intentarían sumar voluntades para un proyecto alternativa para dejar de lado al venido de Diputados. Eso se verá el día en que se pasen a la firma los dictámenes, el 1ro. de agosto.
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