(U24) - Juan Schiaretti no era el ‘macho alfa’ de Alternativa Federal, ni mucho menos. Tras su arrollador triunfo electoral en Córdoba venía a Buenos Aires para ordenar las candidaturas del peronismo no kirchnerista pero se vuelve a la provincia mediterránea sin haber logrado nada y con riesgos de que ese espacio termine dinamitado.
Tendría que reflexionar Schiaretti si le conviene insistir y arriesgar su prestigio en una pelea ajena de figuras. Es cierto que algunos gestos del cordobés no fueron los más acertados. Algunos peronistas le cuestionan la foto que se sacó con Mauricio Macri horas antes de la cena que compartió con sus compañeros de Alternativa Federal.
Esa charla de una hora con el Presidente generó suspicacias y fue utilizada por la Casa Rosada para enmarcarla dentro de los acuerdos con opositores que promueve Macri, aunque la movida ya perdió interés y efecto hace rato.
Del encuentro con Macri, al que más dudas le quedaron y sospechas fue a Roberto Lavagna. En su entorno argumentan que hubo un acuerdo en la Casa Rosada.
Lavagna mismo en C5N criticó la reunión: “Ayer, en representación de Alternativa Federal acordaron con el Presidente esos 10 puntos que terminaron reduciendo a 6. Básicamente se relacionan al ajuste y pago a los acreedores". Sin aceptar su condición de candidato único, Lavagna se alejó de Alternativa Federal y dejó a ese espacio sin una de las caras más importantes.
La otra, Sergio Massa, tampoco terminó por confirmar su permanencia. Es otro fracaso de la gestión de Schiaretti. Para colmo, cayó mal en el lavagnismo y algunos peronistas lo vieron como una señal de debilidad, que el cordobés convocara a Marcelo Tinelli y a Daniel Scioli en un intento de moderar el portazo de Lavagna y la indefinición de Massa.
Según La Voz del Interior, ahora Schiaretti “regresó anoche a Córdoba con pocos resultados políticos para mostrar: tuvo roces con Lavagna y se alimentaron las dudas sobre el futuro de Massa, hoy el dirigente que mejor mide en las encuestas entre los peronistas federales”.
La nota sigue así los próximos pasos del gobernador reelecto: “Schiaretti sabía que su desembarco en Buenos Aires tendría riesgos políticos. Es por eso que en la última semana dio más entrevistas en Córdoba que en los últimos tres años”.
“En cada declaración remarcó que no era el dueño de Alternativa Federal. Sin embargo, luego de sus gestiones y reuniones en Buenos Aires, y sobre todo, de sus roces con Lavagna, no podrá evitar pagar algún costo político. Schiaretti se refugiará en Córdoba y analizará cómo evoluciona el escenario nacional, prosigue.
“Encabezará el próximo sábado un desfile cívico-militar en la ciudad de Córdoba por el aniversario de la Revolución de Mayo, que será una especie de fiesta popular. ‘No tendrá ningún color partidario, pero el gobernador festejará con los cordobeses que le dieron un gran respaldo en las urnas’, se le escuchó decir a un dirigente peronista de la Capital”, cita la Voz y concluye: “La semana que viene será clave en acontecimientos políticos en el orden nacional, que serán seguidos con atención por el gobernador desde el Centro Cívico”.
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