Escribo desde Chaco. Hoy velamos la figura de un yaguareté en la puerta de la Casa de Gobierno de la provincia.
Sé que puede parecer fuerte llevar una escultura gigante del animal, organizar un cortejo fúnebre y grabar la leyenda “Muerto por el desmonte” en una lápida. Pero necesitamos mostrar la realidad.
El yaguareté se extingue y no es noticia. Por eso, tenemos que hacer acciones como esta. Mientras sigan destruyendo el monte, la especie estará en peligro. El bosque es su único hogar.
Hace unos días, este mismo yaguareté se desangraba en las aguas de Puerto Madero, en la Ciudad de Buenos Aires. Y ahora dijo adiós en su tierra, Chaco.
El gobernador de la provincia, Domingo Peppo, es el culpable.
Si permite que las topadoras pasen por arriba de bosques protegidos por ley, también está matando al yaguareté. Solo sobreviven 20 en la región chaqueña y 250 en todo el país.
Peppo debe detener las máquinas que arrasan el monte y evitar la muerte de más animales. Tenemos que exigirlo ya.
Sin bosques no habrá yaguaretés, oxígeno ni vida. ¿Qué más necesita Peppo para dejar de destruirlos?
Desde donde estés, ayúdanos a defenderlos.
Mando un abrazo grande desde Chaco.
Noemí Cruz Campaña de Bosques
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