AGENCIA / SOCIEDAD
Jesús Almada vivió un infierno. (Foto Cadena3).
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Jesús Almada pasó nueve meses preso en la cárcel de Bouwer, en Córdoba, acusado de un robo que no cometió. El hombre, de 41 años, había perdido su DNI y la Policía halló el documento en la zona donde se produjo un robo.
Luego, un efectivo dijo reconocerlo como uno de los delincuentes, y fue preso. En marzo de 2013 salió de la cárcel y esperó el juicio, en el que finalmente fue absuelto ayer.
El 5 de junio de 2012 Almada, de 41 años, salía del Sanatorio Parque, en donde estaba internada su esposa Sara, y en el trayecto a su casa extravió el DNI.
Al día siguiente, cinco personas asaltaron a una familia en barrio San Vicente, se dieron a la fuga y la persecución, que incluyó un tiroteo, transcurrió por la zona donde está ubicado el sanatorio, y donde la Policía halló el documento de Almada.
El hombre fue citado a una rueda de reconocimiento, y un policía dijo reconocerlo como uno de los delincuentes que disparó contra el móvil policial, según informa Cadena3.
“Volví a vivir, a estar en paz con mi familia”, expresó Jesús a Cadena 3, e indicó: “Por perder el documento estuve preso nueve meses y nueve días, gracias al oficial Castillo, que fue un mentiroso, que dijo que yo le había tirado y yo estaba durmiendo en mi casa”.
“Fui sospechado desde el 6 de junio de 2012. Entraron a robar a un domicilio y la hija del matrimonio estaba amamantando a su bebé, y hablaba por teléfono con su esposo que había viajado a Mendoza. Cuando se dio cuenta del asalto, alcanzó a avisar a su marido y dejó el celular encendido, por lo que el hombre pudo alertar a la Policía”, relató.
Y prosiguió: “Acudieron al lugar, apresaron a dos delincuentes y secuestraron un auto Peugeot 307, dos pistolas y un DNI.
El documento era mío, pero yo no tenía nada que ver en el hecho”.
“Yo siempre estuve tranquilo que iba a salir, además tuve buena conducta en Bouwer, trabajaba en la cocina; y tocaba el bajo en la banda de cuarteto”, contó.
Cuando Jesús salió en libertad condicional quiso retomar su empleo anterior, pero su antiguo jefe no lo aceptó. “No me dejaron entrar al crematorio donde trabajaba”, señaló.
El hombre ahora hace changas arreglando autos y su abogado, Nicolás Ruades, prepara una demanda civil contra el Estado para intentar un resarcimiento.
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