EDUCACIÓN / MITOS Y LEYENDAS
Esto sucedió hace mucho tiempo, en la época que los españoles comenzaron la conquista de estas tierras de América.
Un día, los indios Comechingones, muy asustados, vieron que unos hombres de piel blanca, cargados de armas, avanzaban sobre ellos.
Venciendo su temor, los hombres del cacique Comechingón Ipachi Naguán lucharon contra los hombres blancos.
La lucha fue larga, y el hambre y el cansancio fueron debilitando a los Comechigones.
Ipachi Naguán, entonces, decidió guiar a su pueblo hacia un bosque de algarrobo y allí pidió a los dioses que protegieran a sus mujeres y niños.
En un momento, todo pareció perdido, pero entonces sucedió lo inesperado.
Las ramas de los algarrobos comenzaron a sacudirse y desde las alturas calló una lluvia de frutos que se abrieron y dejaron ver sus semillas.
Esas algarrobas fueron el mejor alimento para los indígenas, que comieron hasta hartarse.
Después se sintieron con más fuerzas, volvieron a la batalla y vencieron a los españoles.
El fruto del algarrobo había salvado a los habitantes de esta tierra.
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