AL BORDE DEL OLVIDO
-Gabriel CRUZ-
No viste quién soplaba en el espejo
la noche que las velas se mojaron,
no viste quién moría por la vida
de aquellos sueños lúcidos sin luces.
No viste quién ladraba en la ventana
cuando el frío hería sin permiso;
borraste con la punta de tu ego
lo escrito con la sombra de tu lengua.
Son más las decepciones que me aterran
que las vísperas de estas soledades;
no soy tan caballero para hincarme
a los pies de tus santos de la duda.
Perdón por resistir a tu incoherencia,
por no bailar en tu arduo remolino;
hay caretas que me hacen mal al cuero,
y el vidrio al horno me hace dar jaqueca.
Si digo que me gustan las simplezas,
detrás del árbol no hay bosques ocultos;
mis alas y el confort se dan la espalda,
iguales que mi esencia y lo perfecto.
"Artista" no es quien miente ni exagera,
es quien sueña con un pie en cada pupila;
progresar no es apilar fotos de viajes,
florecer no es perfumarse los vacíos.
Si hablamos del amor, hay que limpiarse
con una servilleta bien el alma,
dejar la infancia en el cuarto de al lado,
y el ventilador en el ropero.
Atrás quedan guiones destrozados,
escenas con finales previsibles,
un público que exige su dinero,
y sentimentalistas defraudadas.
Supuestos paraísos descubiertos
roídos por arrugas de las sábanas,
presunta compatibilidad de lunas
con dos publicidades en sus senos.
Tu gris omnipotencia imaginaria,
tu jugo de apócrifos laureles,
tu parque de jazmines de juguete
tu palacio de insensatas vanidades.
Del todo, me quedaron tantas nadas
que estaban camufladas en tus ojos,
y aquella eternidad de tres segundos
que fueron los tres meses de otra vida.
Y haciendo cuentas, sobran varios dedos,
una carcajada y cuatro llantos,
migajas de palomas en los hombros,
y un poema al borde del olvido.
G.C., Noviembre de 2014
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