domingo, 7 de diciembre de 2014

"EN LOS BRAZOS DE MORFEO"

ARTE Y CULTURA / TEATRO DE IMPROVISACIÓN


Cuando hablamos y nos sumergimos en el mundo del Teatro, estamos ingresando en una de las ramas del arte escénico, relacionada con la presentación y representación de hechos, acontecimientos e historias de la literatura universal, experiencias de vida o las variables de un enorme espectro de posibilidades para presentar.



Desde el inicio de la humanidad, los individuos –ante la falta de un vocabulario identificatorio- se manifestaban a través de distintas expresiones corporales y gestuales al mejor estilo de lo que hoy conocemos como ’pantomima’.

Todas las edades cronológicas de la historia, cuentan con un segmento representativo, en los que los actores innatos desarrollaban sus versatilidades histriónicas y el manejo del habla de manera clara y hasta grotesca. 

Entre las distintas ofertas que nos ofrecen los géneros teatrales, existe una, que ha comenzado a tener espacios propios y aceptación del público. Es lo que se conoce como ‘Teatro de Improvisación’

En la ciudad de Florencio Varela, existe un grupo, que se dedica a la exploración, presentación y capacitación de este tipo de arte escénico. (ver entrevista a Héctor Maestro).

En las instalaciones de la Biblioteca Popular “Almafuerte”, frente a un público de distintas edades que colmó la sala, presentaron “En los brazos de Morfeo”.

Elenco:

Héctor Maestro… MORFEO 
Victoria Ruiz... LUNA 
Javier ‘Vainilla’ Correa… NORMAND 
Diego Alderete… APOLLO MUSAGETA 

Vestuario: Haydee Feloy, Producción: Griselimar, Asistente de producción: Kiri Ruiz, Dirección general: Héctor Maestro, Fotografía: Oscar “Cacho” Baró y Malena Torres, Musicalizador: Gaby Slopi.

Durante dos horas, el despliegue llevado a cabo por los actores, fue de tal magnitud que la atención de los presentes no tuvo un solo instante de distracción.

La aceptación y participación fue total. Se fue elaborando, desde el escenario, una complicidad que posibilitó el éxito de la puesta.

La magia de la improvisación estuvo acompañada de distintos personajes e historias que fueron apareciendo desde un bosque imaginario donde Morfeo tiene su hogar.

La no existencia de un texto estructural al cual ceñirse, le dio un toque de profesionalidad, magia, encanto, dedicación y ese toque necesario de amor al brindarse, cien por ciento, en cada temática planteada. 

Recorriendo un poco la historia de las representaciones, quienes tenemos algunas décadas encima, fuimos retrotraídos a figuras tan importantes como Lon Chaney (El hombre de las mil caras), Narciso Ibáñez Menta (con sus personajes tan famosos), Tomás Simari (El hombre de las mil voces), Marcel Marceau (artista de la mímica) y como olvidarse del genial Charles Chaplin (maestro de actores).

Cada uno de ellos aparecía y crecía en la encomiable labor de ”Morfeo”.

Cada historia conllevaba viajar con la imaginación y permitirse ser parte de cada una.

La catarata de géneros (distintas aristas teatrales) propuestas por el público, fueron de una calidad digna de resaltar.

El trabajo ‘contrarreloj’ limitando el tiempo de la improvisación mostró la ductilidad y rapidez de integración de cada uno. "El Monstruo de Dos Cabezas" quien, palabra por palabra, contaba con la rapidez de hilvanar las frases relacionadas con la historia propuesta por la gente.

La musicalización, en vivo, a cargo de Diego Alderete merece un párrafo aparte.

Los espectadores tenían la sensación de estar escuchando una orquesta en vivo. Poco más se puede agregar.

Pero vale la pena resaltar que, cada función, es distinta a la anterior.

Los temas cambian porque como, ya manifesté anteriormente, no existe un libreto a seguir, solamente una técnica a respetar.

Realmente fue algo maravilloso y digno de ser recomendado.

Vale, entonces, la expresión: “Cómo me lo perdí…”

Los espero en la próxima puesta en escena. Aprovecho para internarme en el bosque y ver qué puede decirme “Morfeo” (ver entrevista).

 Texto e imágenes: Oscar Fernando Baró














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