Borges
por RAÚL ACOSTA
ROSARIO (La Capital). Cristina no vive en el futuro. Ni lo tiene presente. Deberíamos revisar todos sus discursos para encontrar un hilo conductor de sus alegatos a la historia, donde la referencia al porvenir parece mínima y rescatar los hechos una necesidad impostergable. Cristina no nos promete un mañana mejor, simplemente da cuenta de los logros conseguidos. Ni siquiera se detiene en el presente, tal como si supiese el modo instantáneo en que este se convierte en pasado, en ayer.
No es una revelación divina, pero este último acontecimiento, trágico para la patria, para sus instituciones, para la forma de concebir el bien y el mal, el pecado y las leyes, ha dejado al descubierto un mecanismo de la señora CFK. Ni bueno ni malo. Como ella dice: "no tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas". Tal como aconsejó hace años: "Tengo el íntimo convencimiento". Con un precioso mecanismo actúa. Un código áureo la designa. La guía. La muerte del fiscal Nisman conmueve, en Cristina, una estructura basal. No estaba en la agenda. Sorprendió al "cristinismo" y su "usina de ideas" que, se aclara, es la mejor que se ha encontrado en años, acaso sólo comparable a Perón, Evita, Raúl Apold y poco más. Agrego: muy superior a Frondizi/Frigerio, Grondona/Onganía, Timermann/Sajón/Lanusse, López Rega/Perón y otros "equipos" que intentaron alterar la historia. Sobre este tema: el relato y sus personajes, consigno: Perón fue el inventor de su relato y David Ratto/Pichoncito Riviére/Alfonsín el único (relato) que alteró la índole peronista en que se inscribe Argentina desde 1945.
La muerte del fiscal Nisman hizo temblar estructuras consagradas. Factor sorpresa. Engaño. No lo esperaba. El país se troca, se "trastroca". Nótese: todos los personajes tienen un discurso el sábado y silencios y balbuceos el lunes. Conti, Kunkel, Carrió, Rossi, TN y 678. Nisman va a denunciar a la Presidenta el lunes y muere el domingo. Conmueve a la agenda y conmueve al relato.
La agenda, léase bien, la agenda en los liderazgos personalistas, ultra personalistas, debe responder al relato. Cuando algunos se preguntan porqué determinados acontecimientos no son ponderados del mismo modo, la respuesta es elemental; es porque no se corresponden con el relato. Ejemplo: Cromañon. Otro: el cura Bergoglio convertido en Papa. Odiamos un Cardenal y la realidad cachetea. Es Papa. Bancamos a Ibarra y se le mueren 194 personas en un fin de año.
Sobre las realidades inamovibles, presentes, no hay ayer y mucho menos historia. Las tragedias no tienen pasado, tienen futuro. Nos llevan al futuro en un instante. Las tragedias son fotografías indelebles que tiñen lo que tocan. El relato no podía teñirse de Cromañon ni del Papa enemigo, ni de esto que pasó. Cuando los acontecimientos exceden el relato conviene el silencio y la lejanía (Cromañon) o el abrazo tenaz con el odiado enemigo, mas poderoso que uno mismo (el Papa Francisco) pero ¿con la muerte de Nisman qué? Con la muerte del fiscal opera, sobre el relato, la sorpresa y con la sorpresa el inmovilismo, el odio, la desazón, y no se quiere caer en el recurso clásico, en lo obvio: (¿"Qué van a pensar de mi?") Ese es el nudo. Todos los acontecimientos refieren a la persona, a la personalidad, al culto a la persona y son aportes al relato o son malvados designios de un enemigo único, general.
El relato, conviene aclararlo, es para que el pasado sea leído mañana. No se "opera", no se gestiona para que el mañana sea mejor actuando con tácticas coyunturales y grandes estrategias para un país mejor. Reproche: el más humilde Plan Quinquenal nunca se soñó. ¿Cómo fijar metas que pueden ser acusaciones mañana? Reduzcamos el hoy a la mínima expresión, simulemos que nada pasa. Mejor relatar mañana lo que queramos del ayer
A diferencia de los enamorados, que quieren un presente continuo, CFK necesita un ayer permanente, para contárnoslo. Así nos ha contado sus triunfos como abogada, sus miedos como mamá ante un asalto, sus ansiedades como militante perseguida, su honestidad y sacrificio a rajatabla. Pasará mucho tiempo, corrección, mucho relato para resolver esta muerte en la narración oficial, la de CFK. Si leyese Borges... Si le gustase el tango, sabría de la vida y de la muerte de otro modo. Duramos menos que la vana melodía… Borges interroga al relato: "¿Dónde estarán?, pregunta la elegía de quienes ya no son, como si hubiera una región en que el Ayer pudiera ser el Hoy, el Aún y el Todavía."
Borges advierte los relatores: "una canción de gesta se ha perdido en sórdidas noticias policiales".
Borges le sugiere, al relato, el camino que lleva a la memoria del amado Néstor: "en un instante que hoy emerge aislado, sin antes ni después, contra el olvido, y que tiene el sabor de lo perdido, de lo perdido y lo recuperado".
Borges define el relato: "hecho de polvo y tiempo, el hombre dura menos que la liviana melodía, que sólo es tiempo. El tango crea un turbio pasado irreal que de algún modo es cierto, un recuerdo imposible de haber muerto"… (1964)
"Turbio pasado irreal". Antes que algunos colegas solícitos y bien remunerados alguien debería decirle que, para relatar el ayer, necesita a Borges y al tango. El saber no ocupa lugar ni cobra peaje. Diccionario. Ayer, un tiempo pasado próximo al presente.
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